Capítulo 20

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Límites de Shirou, Zongyu


El cielo con apenas unos rayos de sol encima, se vio repentinamente nublado y soplando un peculiar viento, las olas del mar sonaban mas fuertes de lo usual, y con medio ejército en él y algunos otros en el transporte de partida, sabían que iba a ser un día muy peculiar.

-¿Alta traición...? -Dijo J, en un tono muy serio, su cara no mostraba ninguna preocupación, pero no se podía decir lo mismo de Emma.

-Usted y su acompañante han causado grandes destrozos en la ciudad de Shirou, y por lo que sabemos; también lo ha hecho en otras partes del mundo y ha hurtado valiosos y preciados objetos de tales lugares, no toleraremos eso en este honorable país- Los guardias se acercaban lentamente hacia ellos.- Vendrán con nosotros y serán juzgados por sus atroces crímenes

-Esto no es normal...-susurró Emma, tenía un mal augurio corriendo por su espina.

-Señor Lirn, con todo respeto; debe de haber un error aquí...

-Usted, señorita Fei; al ser complice de tales actos, se le ha revocado su cargo de líder de la guardia real...-varios guardias también la amenazaron con sus armas.- Y será juzgada de la misma manera

Emma no dudó, actuó rápido y se puso delante de J y Tao-Fei, mostrando un papiro con tinta oscura.- Lo siento, pero tendremos que dejarlo para después- Arrojó el papiro al suelo, al activarse creó una espesa nube de niebla que les impedía ver a la guardia real, los 3 corrieron lo más rápido que pudieron hacia el otro lado de la costa, Lirn no tardó mucho en interceptarlos.

-¡Guardias, deténganlos a toda costa!- Varias flechas fueron arrojadas directo hacia ellos, Tao-Fei logró verlas a tiempo y activó un muro de piedra que serviría como escudo, sin embargo una flecha logró rozar su brazo, dejandole una larga herida.

-No lo entiendo... ¿Por qué nos quieren muertos...?- Su cabeza daba vueltas, había servido a ese hombre por mas de diez años y nunca se había portado de esa manera, su forma de verlo había cambiado en un instante.

-Debe de tener algún hechizo de control mental...- Dijo J.

-No, no percibo magia oscura en él...- Respondió Emma.- Se siente como un simple hombre cumpliendo con su deber

Las flechas cesaron, pero ahora decidieron romper la barrera con lanzas, estas eran de un metal sumamente fuerte, con un par de ataques bastarían para destruir aquel escudo. J pensó por un momento, tenía una teoría; pero debía hacerla por sí mismo.

-Váyanse- Les dijo a ambas.- Dejaré que me lleven

-¿Qué?- Dijeron al unísino.- No vamos a dejar que te lleven- Terminó de hablar Emma

-Escuchen tengo un plan, pero no puedo ponerlas en riesgo, pónganse a salvo mientras tanto

-Pero...

-Voy a estar bien, no te preocupes...en cuanto las cosas se salgan de control te avisaré...-Emma lo vio con esa mirada, la misma mirada que le decía que moriría si le pasaba algo.- Vamos, vayanse

La última lanza fue arrojada, el gran muro cayó levatando arena y polvo, la guardia real se acerca rápidamente, logran ver una silueta, esta no hacía ningún movimiento.

-¡Ustedes ganan!- Gritó J alzando los brazos.- Me rindo...

-¿Dónde estan las otras dos hechiceras?- Dijo Lirn, pero J no respondió nada, solo bajó la mirada.- Bueno, no importa, tú eres el principal objetivo, sometanlo.

Sinfonía de la Oscuridad: La Legión de las SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora