Changements

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N/A: Hola :) lamento mucho la demora, pero bueno, dejémonos de excusas... una pregunta, ¿les gusta o fastidia los capítulos muuuy largos?, resulta que a este fic le faltan dos capítulos según yo, pero aunque tengo ideas para el siguiente, no estoy segura que sean muchas como para sacar un capítulo completo, por lo que estaba pensando unirlo de una vez con el del final, pero ahí quedaría bastante largo.... bueno, ya veremos qué resulta :)

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10.CHANGEMENTS

Ninguno de los dos se había imaginado alguna vez que el cansancio que ahora sentían podía ser posible, de ese que te vuelve los párpados pesados manteniéndolos pegados entre sí, y es que no era para menos, sí el embarazo había sido difícil, los ocho meses que le siguieron luego de dejar el hospital también lo eran, y quizá hasta un poco más.

No podían negar la emoción que sintieron cuando el bebé Dilan comenzó a arrastrarse buscando gatear, de hecho hasta el más pequeño cambio era un mundo nuevo para ellos como padres primerizos, pero que cada nueva fase conllevaba una responsabilidad diferente, como dejar que la curiosidad de su niño le permitiese conocer nuevas texturas, sonidos o colores a través de los objetos o juguetes que Light le ponía sobre la colchoneta de espuma que le armaba en el suelo para que Dilan jugase, pero que esto también requería una mayor atención, o andar detrás de él para evitar algún accidente, y lo más difícil quizá era que al llegar la noche el trabajo podía continuar, era Lawliet quien se encargaba de cambiarle el pañal y ponerle su pijama una vez llegaba del trabajo, jugar con él y darle su biberón no era tan complicado, aunque habían noches que Dilan tenía muchas más energías que otras, dejando a sus padres sin baterías antes de siquiera él sentirse somnoliento.

Por ello cuando se dejó escuchar unos quedos gimoteos que, en medio de la noche amenazan con convertirse en sonoro llanto, ambos hundieron más sus rostros en la almohada y cubrieron sus cuerpos con el grueso edredón, esperando que el otro se pusiese de pie, emitiendo ambos un leve jadeo ahogado al notar que ocurría lo contrario.

—Es tu turno...— ordenó Light somnoliento, sacando un brazo de entre las cobijas para empujar débilmente el cuerpo que dormía a su lado.

Y Lawliet, aunque suspirando y chasqueando la lengua, no se quejó, en cambio comenzó a arrastrarse de manera pesada sobre el colchón hasta que sus descalzos pies tocaron el frío piso, por el cual los arrastró hasta llegar a la cuna blanca que estaba en una de las esquinas de la habitación, donde sonrió al ver los ojos marrones de su bebé abiertos de par en par, quien apretaba los pequeños puños y pataleaba molesto quizá de sentir sus piernas limitadas por la pijama enteriza amarilla que tan adorable le hacía lucir. Lo cargó con cuidado y lo colocó sobre el pequeño cambiador que la misma cuna traía incorporado, había sentido el pañal cargado, deduciendo que era eso el posible motivo por el cual se quejaba su bebé, y tal y como Misa les había enseñado, tuvo la precaución de tener todo a la mano, principalmente un pañal nuevo y la crema que siempre usaban para evitar escaldaduras, todo con el fin de no ser mojado por Dilan por no tener todo en orden como muchas veces antes le había pasado. Lo tomó nuevamente entre brazos para acunarlo en su pecho por un momento, con una mano le acarició los copiosos y alborotados mechones de color marrón, esos que Light a diario se esforzaba por peinar pulcramente con cremas para cabellos de bebé, culpando a Lawliet de haberle heredado una melena tan despeinada pues no importaba cuánto intentase, esas gruesas hebras solo lograban mantenerse fijas por pocos minutos luego de cada ducha.

Light, aunque había decidido quedarse en cama para seguir durmiendo, no pudo evitar sentarse sobre el colchón al escuchar los susurros que invadían la habitación, encontrándose con Lawliet fingiendo llevar una conversación con el infante con quién compartía la misma pálida tonalidad de piel, sonriendo Light levemente al verlo arrullarlo con un ya tan conocido "shhhh", viendo él desde su posición como una pequeña mano se aferraba a la camisa blanca del mayor, esa misma que fue aflojando su agarre mientras volvía a quedarse dormido.

L'appel de la vieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora