Confesión #1

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Confieso que me encanta escribir. Sentarme frente al ordenador y ponerme a teclear con el fin de contar historias es, más que un pasatiempo, una forma de vida.

Lo hago desde que tengo siete años. Recuerdo que mi madre me leía cuentos a diario y, aunque los escuchaba con atención, siempre disfrutaba mucho más de leerlos por mi propia cuenta. Así se fue forjando en mí poco a poco el hábito de la lectura y, tiempo después, el de la escritura.

Narraba de todo: las cosas que me pasaban en el colegio, los problemas con mis padres y de vez en cuando me inventaba mis propios mundos, mis propios personajes. Es ahí donde disfrutaba más del arte. Es ahí cuando me sentía completamente libre.

Hoy, a mis diecisiete años, he escrito ya varios cuentos, tres ensayos y un poema. Un poema inspirado en él.

Casi nunca solía a escribir sobre el amor, hasta que llegó a mi vida cuando más lo necesitaba.

Si supieran...

Confesiones de AbrilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora