Están.
Mis ojos me engañan, porque lo que estoy viendo, no puede ser real.
Fred y Madison están demasiado ocupados en un apasionado besuqueo sobre la cama. El está sobre ella mientras ella, besándolo, se dedica a admirarle y tocarle sus hermosos y definidos rasgos del torso, ya que el, esta sin camisa. Fred también está muy entretenido en pasarle su mano por debajo de la blusa a Madison, haciéndole, al parecer, una revisación mamal, en donde esta suelta leves gemidos.
El aire que se respira es como el de un horno.
Se me escapa una leve exhalación, conteniendo el aire, y las lágrimas vuelven a dominar mis ojos. Fred y Madison al parecer se dan cuenta, porque miran hacia la puerta y repentinamente se caen de la cama.
Bajo las escaleras tan velozmente que mis pies van a chocar. Escucho ruidos arriba. Seguro debieron retomar la actividad. Abro la puerta y salgo a toda velocidad haciendo un estruendo con esta.
Mis ojos se irritan y me empiezan a arder. Las lágrimas salen mas rápidamente. Atrás mio, escucho la puerta y una voz que grita "Sam!" No me vuelvo para ver quien es, aunque ya me lo imagino, lo único que hago, es apresurar el paso. Estoy trotando. Una mano me agarra y me tira, haciendo que me voltee. Es Fred.
-Que?- digo en un tono áspero y desafiante- Seguro Madison todavía se esta acomodando la blusa y se esta poniendo la falda. Ve a ayudarla. O sacasela si tanto quieres.
Logre soltarme pero de pronto un torso masizo se apollo detras de mi y me inmovilizó. De pronto, una voz me susurra al oido:
-Si te tranquilizas, te lo explico-Me dijo- si no, nos quedamos asi toda la tarde como prefieras- susurro con un tono seductor que me hacia morir.
Conteniendo la voz dije:
-Eres un asco. Sueltame
-Me dejaras explicártelo?
-No.
-Como quieras
Y me apretó mas hacia si lo cual maldeci por dentro porque todavía el estaba sin remera. Después de unos minutos le digo:
-Enserio piensas quedarte así?
-Hasta que no me acompañes, si.
-Ya. Está bien –Respondí de mala gana
Despues de esto seguro me cagan a trompadas, pero tenia que hacerlo.
Capitulo dedicado a Delfi y Iarita.
