Me despierta su respiración en mi oreja. Abro mis ojos y allí lo veo. Sus labios a unos centímetros de los míos. Se acerca a mi cuello y lo recorre con suaves besos que mandan electricidad a todo mi cuerpo. Cuando llega a la clavícula, noto su suave mano agarrando mi cintura. Me doy vuelta hacia él, en donde quedamos enfrentados. Me pongo a su lado y noto su cuerpo que hace contacto con el mío, nuestras pieles se tocan. Después de unos segundos, Fred me susurra:
-Tienes hambre?
-Si- respondo
-Ya lo presentía. Me acompañas o me esperas aquí?
-Me quedo aquí. Espera- dije yo al ver que el ya estaba saliendo por la puerta- tienes una remera para prestarme?
Va hacia el armario, y busca en el hasta que saca una remera azul con rayas celestes. Se agacha a mi lado, me la entrega y me da un apasionado beso, como si fuese el último.
Me quedo acostada viendo como Fred baja a hacer el desayuno, le lanzo una última sonrisa y se va.
Un fuerte ruido que llega de abajo hace que se desvanezca la sonrisa que llevo puesta. Un ruido a vidrios rotos y algo que cae estrepitosamente haciendo que la casa tiemble.
Bajo rápidamente las escaleras, entro por la puerta de la cocina y veo la ventana reducida a vidrios rotos.
Y ahí veo su cuerpo, el cuerpo de Fred reposando sobre el suelo.
Le habían disparado