Capítulo 14

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Tardamos un par de hermosos minutos hasta llegar a mi casa.

El sol se estaba poniendo y el cielo estaba de un color índigo. Más allá, el cielo tenía un color naranja mezclado con un tenue rosa chicle.

Las ventanas de mi casa reflejaban las luces encendidas del otro lado. Lo que quería decir, que mi mama y Peter, ya habían llegado.

Al llegar al umbral, nos quedamos parados un minuto, pues, no sabía como saludarlo. Cuando me adelanto para abrazarlo, porque yo todavía no sabía que significaba aquel beso, Fred se adelanta. Me toma por la cintura, me acerca hacia él y me besa. A diferencia de este, era suave y placentero, ya no era desesperado y salvaje, lo cual agradecía, pues el rompecabezas estaba completo.

-Está tu madre?- Pregunta volviéndome a besar

-Si- Respondo sonriéndole levemente en su boca

-Que lastima

-Igual no te dejaría tocarme. No con lo sucedido ayer.- Me desprendo mirándolo a los ojos

-Sam, ya te dije que eso no fue nada

-Pero sucedió, no podemos negarlo. Todavía me cuesta creer en ti.

-Está bien- repuso el de malagana- Pero que es eso de que no puedo tocarte?- Dijo con una sonrisa en el rostro

-No, no puedes- Le agarre las manos, y las desprendí de mis caderas.

-Ah no?

-No- le respondí mientras buscaba de espaldas a él las llaves de mi casa. En un repentino movimiento me acorralo contra la puerta me dio vuelta hacia sí y me alzo.

-Voy a romper esa regla- Me dijo mientras yo me reía

-Bájame ya, Fred- dije entre carcajada y carcajada. Me acallo con un apasionado beso que hizo que la puerta se estremeciera.

Daño GeneticoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora