✔ Day 11 ✔

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Usando kigurumis:

—¡Aww, te ves demasiado tierno, Spring! —le alagó Towntrap de lo más animado, cuando salió de los probadores vestido con aquel kigurumi de conejo verde olivo. Atraía con sus manos el rostro del mayor mientras que le plantaba cortos besos sobre toda la extensión de esta. Springtrap reía divertido y gracias a las cosquillas que la acción le provocaba— ¡Te dije que acompañar a Abby hoy no era tan mala idea!

—Bueno —tomó las muñecas del menor con cuidado, apartándolas de su rostro. Pero sin borrar su sonrisa ni la del contrario—, supongo que si sólo es esto, está bien

—¡Ni te creas, luego te haré ponerte algo mucho peor! —la voz de la bajita pelirroja se oyó un tanto lejana, pues prácticamente se encontraba al otro lado de la tienda aunque eso no impidió que la escucharan más que claramente. Un escalofrío recorrió el cuerpo del ojigris por completo, sólo suspiró resignado al saber que no le quedaría mejor opción. No había caso con ella, pero así les “agradaba” a él y a su pelinaranja

—Venga, te ves bien —le volvió a decir el menor a lo que no hizo más que rodar los ojos con ironía. Vio como era que tras sus palabras, Towntrap se quedó pensando un momento para pronto chasquear sus dedos, con una amplia sonrisa y determinación— es más, ¡yo también voy probarme uno ahora!

—¿Enserio? —preguntó, emocionado. La sola idea de poder contemplar al oji-naranja con algo tan adorable vestido, era demasiado para él. Tenía que verlo—, te imagino con esto y creo que te verías demasiado tierno

—¡Pues con mucha más razón! —contestó. Tomando su mano un momento—, ahora vengo, le diré a Abby que me consiga uno de estos, ¿vale?

—Sí claro, yo te espero, ve —le plantó un superficial beso en la frente del chico, haciendo a este soltar una risilla

Unos instantes después, Towntrap se encontraba hablando con la fujoshi. Esta se veía en demasía entusiasmada por lo que el otro le pedía tan repentinamente pero no iría a quejarse en lo absoluto. Tanta así era su emoción que literalmente lo arrastró hacia los vestidores, entregándole su respectivo kigurumi, cuyo ella creía se le vería de lo mejor

•  •  •

—¿Cómo me veo, chicos? —les cuestionó el menor de los muchachos. Una vez salió de los cambiadores ya vestido con el traje tan peculiar y cómodo

El kigurumi que digamos era muy diferente al del oji-gris. Porque, vamos, es obvio que un conejo y un león son por mucho distintos. Aún así, Springtrap no podía negar que se veía muy lindo, el traje parecía perfecto para él, además, no dejaba de hacer poses súper tiernas. Y las palabras más cursis para describirlo rondaban por su mente. Abby a un lado suyo le tomaba múltiples fotografías con su móvil, con un fino hilo de sangre escurriendo de su nariz

—¡Dios, te ves tan ukeable! —le "alagó" en cierto modo la chica. Towntrap rió, conocía el significado de la palabra por lo que le daba gracia. Sin embargo, la opinión que le importaba más era la de su rubio. Le dirigió la vista a este y al momento se encontraron una con la otra, su ansiedad por conocer la respuesta era clara y el mayor lo notó de inmediato

—Te ves hermoso —le comentó el rubio, revolviéndole con cariño sus naranjas cabellos tras quitar la capucha de sobre estos

Je, gracias —les sonrió de forma amable a ambos. Springtrap y Abby asintieron, como diciéndole que no había problema

La oji-verde carraspeó fuertemente cuando todo quedó en silencio entre los tres. Inmediatamente, ambos le dirigieron la mirada con curiosidad, una sonrisa muy encantada se asomó de entre los labios delgados de la muchacha

Bien, ya nos divertimos y todo —comenzó diciendo, juntando sus manos y logrando que los muchachos se estremeciesen ligeramente con mal presentimiento—. Ahora, ¿quién de ustedes quiere ser el primero en probarse la sección de trajes +18?

Apenas terminó su “inocente” pregunta-propuesta, Springtrap cargó a Towntrap en un abrir y cerrar de ojos para posteriormente salir corriendo a toda prisa de la tienda con él en brazos, muy aterrados. La verdad es que les importó muy poco los lejanos gritos de Abby acompañados de los del vendedor de turno por aún llevar los kigurumis puesto

—¡Vuelvan aquí chicos, aún falta mucho que probarse~! —chillaba con una toque de picardía la de puntas naranjas. Entusiasmada y divertida con la idea

—¡Devuelvan esos trajes, par de ladrones! —era lo exclamaba el vendedor

Algo era muy claro, pronto podrían ser demandados por robo y también, que no era la última vez que se encontrarían con la peculiar fujoshi

✔ 30 DAYS OF SPRIWNTRAP ✔ #FNAFHSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora