✔ Day 18 ✔

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[N/A: esto va antes del día 5, en el que Towntrap consigue que Springtrap pueda asistir al instituto. Esto no sigue un orden, ni siquiera el de la serie, gracias uwu]

— ¡¿Estás seguro de querer hacer esto?! –le preguntó Towntrap a su amigo, con una sonrisa ansiosa y animada. Finalmente y por primera vez, harían lo que siempre quiso hacer con él

— Bueno…ya estamos aquí, ¿no? –Springtrap rió un poco nervioso al ver su emoción. Se le hacía tierno– ¿qué podemos perder?

— ¡Bien! –exclamó el menor ampliando su sonrisa– entonces está decidido

Hizo silencio unos cuantos y pocos segundos para luego vociferar con su típico y encantador entusiasmo

— ¡Hoy haremos jugos!

— ¿Yaaay? –celebró riendo el rubio cenizo. Sin dejar sus nervios de lado

— ¿Cómo quieres hacerlo? –volvió a cuestionarle el pelinaranja acercando demasiado su rostro al propio, sin borrar su expresión alegre. Un sonrojo hizo aparición en las mejillas del mayor

No había malpensado eso, no para nada

— E-Eh…¡c-cómo tú quieras está bien! –el ojigris apartó a su compañero un poco, tomándole de los hombros

— Vale, entonces hagamos un jugo de tomate y zanahoria, ¿está bien eso? –Springtrap asintió ante su interrogante

Aún en ese entonces se preguntaba cómo es que le gustaba tanto al ojinaranja los jugos enérgicos y sobretodo, de combinaciones y sabores muy extraños pero que sin duda, eran deliciosos. Al menos para ellos dos, tal vez ese era uno de esos pequeños gustos en común que compartían

Porque en general, eran todo lo contrario. Y eso, a Springtrap, le fascinaba. Le gustaba el tener a alguien tan especial, excéntrico y diferente a sí mismo como una de las personas más importantes en su vida. Lo hacían sentir especial, por eso mismo

— Ven, vamos a la cocina ya –Towntrap le tomó de la mano, guiándolo hacia la cocina de su hogar

[…]

— Bueno, la receta dice que necesitamos ¼ litro de agua, 3 tomates y 4 zanahorias –habló el más bajo, leyendo una pequeña lista entre sus manos

Tenemos todo –contestó el de capucha de conejo olivo, sonriendo. El menor asintió repetidas veces. Lo que lo llevó a reír, otra vez

— Preparar un jugo no es dificil, toma –le dio el pequeño papel en el que estaba apuntada la receta– puedes prepararlo solo, yo te ayudo si lo necesitas. Pero todo está en la lista

— E-Eh –Springtrap vio hacia el pedazo de papel, nervioso– j-jajaja, s-sí, se ve súper fácil. P-Pan comido

— Entonces, ¡adelante! –Towntrap se sentó en una banquita de madera a su lado, para mirarlo atentamente

… –le entregó la nota al otro, rápidamente– m-mejor tú

— ¿Ah?, ¿pasa algo malo? –preguntó su compañero, curioso y preocupado

— No, no, no es nada. Tranquilo, es sólo que… –¿qué podía decirle para no quedar del todo mal o como un inculto?– ¡s-sería más divertido si lo hacemos juntos, sí, eso!

— Oh… –el ojinaranja pareció creerle, pues rió– vale, hagámoslo

Soltó un suspiro de alivio, al menos contaría con el apoyo de Towntrap. Esperaba que así fuese siempre, sin él, muchas cosas se le harían más difíciles

[…]

Pasaron alrededor de 15 minutos preparando la receta. Para cuando terminaron, ambos se sentaron en el sofá de la sala, mientras veían televisión y tomaban de sus respectivos jugos. Todo se veía como siempre, normal. O bueno, eso creía Springtrap

— ¿Qué pasó en la cocina? –le preguntó el menor, repentinamente. Bajó la mirada para observarle, pues estaba recostado sobre su pecho. Aunque no se veía enojado para nada, sólo un tanto serio. Vaya, esa mirada sí que le daba cierta inquietud

… –sabía a qué se refería más que bien, pero…tenía miedo. Miedo de que lo rechazase o menospreciase por ser no más que un ignorante idiota. Así se veía él mismo, así era como todo el mundo lo veía

Hey –Towntrap se acomodó para sentarse a su lado, sin dejar de observarlo– sólo es una pregunta. Me preocupas, eres mi amigo, ¿no?

— Lo sé –soltó un suspiro de pesadez– lo siento, es sólo que…

— Puedes decirme lo que quieras, enserio –se giró para mirarlo mejor, él le sonreía compresivo, para darle confianza

— No sé leer… –murmuró. Dios, eso había dolido, justo en su orgullo y fue peor cuando vio al menor abrir sus ojos impactado, ahora sí que se sentía horrible

¿No sabes leer…?

— Nadie nunca me enseñó… –bajó la mirada hacia el piso, unas pequeñas lágrimas amenazaban con escapar de sus ojos– nunca asistí a ninguna escuela. N-Nunca le importé a nadie además de mis padres o Meg o Fox, pero ellos no pudieron enseñarme

— …

Cuando esas lágrimas recorrieron sus mejillas. Fue atraído a un abrazo, uno muy fuerte pero que no le era asfixiante ni incómodo. Sólo…lo que él necesitaba

— A mí me importas –le dijo su contrario. Un leve sonrojo hizo aparición en sus mejillas– tampoco es tan malo, podemos solucionarlo

Correspondió al abrazo, sintiendo un poco más aliviado, pero no dijo palabra alguna. Así permanecieron unos minutos hasta que el menor lo separó para comentarle de la idea que se le había ocurrido

— Hey, ¡tengo una idea! –sonrió– ¡te puedo inscribir en mi instituto, soy algo como el coordinado del director, no será problema alguno!

— ¿L-Lo dices enserio? –estaba tan emocionado. Towntrap limpió sus lágrimas aún en sus pómulos con sus pulgares. Sin dejar de sonreírle

¡Claro que sí!

Y ahora fue él quien lo atrajo en un abrazo, siendo correspondido por obviedad

Por ese tipo de cosas, era por las cuales estaba enamorado de Towntrap. Siempre era tan optimista hasta en el peor de los casos, y lo necesitaba. Lo necesitaba mucho

✔ 30 DAYS OF SPRIWNTRAP ✔ #FNAFHSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora