XIV

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Al día siguiente, el director Cross había convocado a su grupo de profesores. Posterior a irse quería que todo quedará en orden. El próximo director estaba elegido. La próxima reunión decidiría el futuro de la universidad. Los hizo retirarse y casi inmediatamente Mariana y Génesis entraron.

—¿Qué quieren chicas?

—Director ya se quien le causó eso a la profesora Carla.

—¿Qué dices? Es delicado Mariana.

—Genesis y yo lo averiguamos.

—Solo dilo.

—La profesora Vera y el comité... Ellas lo hicieron.

—Debes tener pruebas de esas acusaciones.

—¿Pruebas? La profesora Carla puede decirtelo. Ella es la viva prueba.

—¿Interrogaron a la profesora Carla?

—Claro. Queremos a esa profesora Vera y al comité fuera de esta universidad

—Todo lleva un proceso.

—Ve donde Carla ella te lo dirá. Y te dejaré algo claro director, si tú no haces nada hablaré con el siguiente al mando. ¿Entiendes?

—¿Me amenazas?

— Sacalas.

Dejaron la habitación sin más. El director molesto con ganas de matar a alguien, tomó su celular y marcó.

¿Director?

¿Eres idiota? ¿Cómo dejas que esas chicas se entrometan?

No pude detenerlas. Además fueron un punto clave.

— Vinieron aquí y me amenazaron ahora tengo que hacer algo porque si no lo hago ¡Hablarán con mi jefe!

Dejame solucionarlo.

No. Yo lo haré. Otra más y olvidate de esta universidad. ¿Entendido?

Pero...

Colgó.

(***)

"Nos vemos en mi casa en 15 minutos. Con las 5 chicas" decía el mensaje enviado por la profesora Vera a Mayuris en la tarde. Las tomó por sorpresa. Pensaron que tal vez cambiaría de opinion sobre el profesor King o algo peor.
La sala de la casa era grande. Al llegar la profesora Vera sostenía un vaso; el alcohol no era un buen augurio, sin contar su cara que no mostraba nada de felicidad. Se sentaron. Vera tomó un trago y empezó.

—Mariana y Génesis. Saben quienes son ¿no? —asintieron— ¿Han hablado con ellas últimamente?

—No. ¿Qué tienes Profesora? —Mayuris se atrevió a preguntar.

—Ellas fueron donde Carla. No se como le sacaron la información pero... ¡Saben lo pasó con Carla!

—¿Qué? —Diana se levantó.

—¡Nos investigaron y saben que nosotras fuimos las culpables!

—¿Nosotras? —Alma estaba asustada.

—Sí, nosotras. Pero eso no es lo peor —Vera se sirvió otro trago ante la cara de susto de las chicas—.  ¡LE DIJERON AL DIRECTOR CROSS Y LE PIDIERON QUE NOS SACARAN DE LA UNIVERSIDAD!

—No puede ser —Diana comenzó a caminar de un lado para otro.

—¡Si puede ser! Hay que hacer algo con ellas.

—Y con las chicas nuevas también —dijo Alma.

—¿Por qué? —preguntó Mayuris.

—Annel... Me confesó que nos estaban investigando.

—¡¿Este fue el grupo de ineptas que escogí?!

—¡No tenemos la culpa que seas una asesina en potencia! —gritó Mabel.

—Mira niña estupida vuelves a hablarme así y te arruinó la vida.

—¿Matandome? Hazlo... De por sí nos iremos a la mierda pronto —Mabel la encaró.

—No. Aún tienen algo que hacer. Ya no quiero que investiguen a Cross. Quiero que lo maten.

—Ve y matalo tú —dijo Diana—. Yo me largo.

Todas empezaron a salir.

—Un paso más y las dejo pudrirse en la cárcel. No saben como las libre de la primera vez. ¿Verdad? Las puedo volver a sacar de ahí.

Se quedaron atónitas. Por alguna razón la profesora Vera las dominaba. Eran marionetas y la profesora halaba los hilos. Sin chistar tuvieron que devolverse y hacer caso, una vez más, a lo que les pedía. Entraron.

—Esta vez no me veré envuelta en eso. Lo harán ustedes. Antes de que me ataquen les daré una idea. Envenamiento. Les recomiendo cianuro. Letal y no deja rastro.

—Odio decir esto pero Agus, Sofía y Annel estudian con él.

—¿Qué con eso Yadira? —preguntó Alma.

—Podemos decirle que nos unan y buscar el momento indicado.

—¿Ven? Ya lo tienen. Tienen dos días... También eliminen a las nuevas. Yo me haré cargo de Mariana y su amiga—ordenó Vera.

—Si quieres matamos a media universidad —Dijo Diana sarcástica.

—¿Dije que las mataran? —recalcó la profesora.

(***)

El lugar era húmedo y difícil de reconocer, Mariana y Genesis estaban atadas de las manos y pies. Acompañadas de una persona con una extraña máscara sujetando un enorme puñal.  

—¡No nos hagas daño, por favor!

—¿Quién les dijo que abrieran la boca?

—¿De que hablas?

—Acusaron a la profesora Vera y al comité. ¿No recuerdan?

—¿La profesora Vera te envió?

—Eso no es de tu incumbencia.

Después todo fue sangre y dolor.

Universidad de asesinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora