XV

265 41 5
                                    

Mariana y Genesis solían escapar de sus casas y pasar en la casa de una amiga varios días. Hacían esto cuando tenían un enfrentamiento con sus padres o simplemente estaban aburridas. Por esta razón quien las haya asesinado estaba seguro, los padres no reportaban nada hasta que se acordaran de ellas. El asesino disponía de tiempo valioso para huir y no verse involucrado. La cobardía de este acto era inmensa. Muchas personas dicen que eres la persona más cobarde del mundo si huyes a tus problemas o no afrontas las consecuencias.
La verdad era que estas dos chicas eran poco importantes para sus padres, la atención que recibían de ellos era poco nula. El dinero reemplazaba el afecto paterno pero no lo hacía muy bien puesto que ellas buscaban atención. El reflejo de la falta de afección se proyectaba en la vida que llevaron.  
Las antiguas miembras del comité recordaron las palabras que Vera dijera en aquella casa; se encargaría de ellas y en su cara se veía una convicción nada agradable. Para ellas Vera era una posible sospechosa si no la culpable de la desaparición de Mariana Y Génesis.

—¿Crees que haya sido Vera? —preguntó Yadira.

—Claro ella nos lo dijo. ¿No recuerdas? —En la voz de Diana había algo que no se creía lo dicho.

Esta reunión se convertía en las más oscura de las chicas. Los instintos asesinos tenían que hacer su aparición para que no hubiese fallos. ¿Habían matado a alguien antes? Matar las ilusiones de un chico que tan solo anhelaba una noche de placer no contaba. Usar venenos contra ratas y cucarachas tampoco se podía agregar a la lista. Todos han hecho eso alguna vez y no se ven a todos cumpliendo una condena por eso.
Lo que sí era valido, era quitarle la vida a una persona llena de esperanzas, llena de vida, con proyectos a futuro, dejar una familia sin sustento por acabar con esa vida.  Las chicas no habían hecho eso. La caída de la profesora Carla casi se unió a la lista, ademas; ella aún respira.

Joseph King era el nombre que llenaba sus bocas, la muerte de él. Por supuesto; el tema se manejaba a voz baja, lleno de movimientos inquietos y miradas cargadas de ansiedad. Alma recordó lo dicho por la profesora Vera conforme a como asesinar a King.

—Es un buen plan —Alma jugaba con su labio inferior—. Le decimos a Agus,Annel y Sofía que queremos reforzar un tema y ahí lo hacemos.

—¿El veneno? Recuerda que ellas estarán ahí y no pueden saber.

—Si Vera quiere una muralla que consiga los ladrillos ¿no? —Dijo Mabel— ¿Qué haremos con las otras chicas? May tiene razón.

—Ellas no tienen que enterarse —aportó Yadira.

—Yo mataría a la perra de Vera mejor —Diana no estaba conforme con lo que tenía que hacer— No entiendo para que lo hacemos. Si lo hacemos iremos a la cárcel y si no también.

—Vera nos librará como lo hizo con Carla —recordó Alma.

—¿Tú confías en una persona que asesinará a un compañero de trabajo?

—Diana usa el cerebro. Lo que hicimos con Carla... Nadie se enteró —Dijo Mayuris.

Diana no respondió más.

—No respondieron ¿Qué haremos con las chicas? —Mabel tenía un tema importante que tratar.

—No le diremos nada. Le diremos que queremos sacarle la verdad a King. Nada más.

—Entiendo. Le daremos el veneno al irse.

—Exacto Yadira.

Las cartas estaban en la mesa solo bastaba jugarlas y terminar el juego. Trataron de distraerse con sus libros de la universidad en vano porque la mente seguía transitando aquellos caminos llenos de trampas. En lo más profundo de su ser algo deseaba no haber estado allí pero eso fue lo que ellas escogieron ahora debían afrontar las consecuencias.
Hasta Alma, siendo la más neutral y coherente, estaba de acuerdo con eso.
A lo mejor la idea de ir a la cárcel las atormentaba. Irónicamente, librarse de ella conllevaba asesinar a una persona. Confiaban en Vera y su plan de defensa del cual no tenían idea. Ya las había defendido una vez, dos, no sería difícil.

Universidad de asesinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora