Volvemos a casa

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Celia

Fueron unos días muy duros. Las chicas estaban deprimidas y cuándo salían hacían un mundo de todo. Uno de los días fuimos al McDonald y Alba al ver una patata distinta entre las suyas se puso a llorar. Yo realmente no sé que hacer en este tipo de situaciones. Ya era hora de irnos de nuevo a nuestra casa. A partir de hoy todo iba a cambiar. Entre todas decidimos ceder el cuarto de Carmen para Lidia,  la cual buscaba apartamento en nuestra ciudad. Aaron vino a verme en año nuevo y se fue el día 5. Carmen decidió coger el tren de alta velocidad hasta nuestra ciudad y las chicas y yo volvimos en coche.

Cuando llegamos todo estaba tal y como lo dejamos, pero el ambiente era diferente. Lidia estaba todavía en nuestro pueblo y se trasladaría dentro de una o quizás dos semanas. Llegamos antes que Carmen así que la esperamos hasta que llegó. Todas lloramos muchísimo, nadie quería que se fuera. La acompañamos hasta el aeropuerto y allí nos encontramos a todos los alumnos que se iban. Yo pensé que serían bastantes menos pero la verdad es que me sorprendí. Allí también estaban Colton y Dylan que se acercaron a despedirse.

-Bueno chicas-comenzó Colton-nos veremos.

-Eso espero-dije sonriendo.

-Quizás en otro viaje-dijo Dylan.

Miré a Alba y a Mary, ellas realmente parecían destrozadas. Me acerqué a ellas.

-Arregladlo-les dije.

-No sé Celia... -dijo Alba-realmente no me hago a la idea de no verlos mas... De que Colton ya no sea mi novio. Se me hace muy duro.

-Yo no me peleé con nadie la verdad - me respondió Mary-he seguido hablando con él y creo que todo está bien.

Después de eso ellas se dirigieron a los chicos y hablaron con ellos mientras las demás nos despedimos de Carmen.

Entonces los llamaron a todos al avión. Nos pusimos a llorar todas.

-Mucha suerte-le deseamos todas entre lágrimas.

2 meses después

Mary

Llega la hora del descanso y salgo a desayunar con Carla.

-Mary, sinceramente no llego a entenderte-me dijo mientras me echaba el brazo sobre los hombros-mira a tu alrededor cariño. Todo está lleno de hombres a los que te puedes ligar.

Yo le sonreí, siempre es tan tranquila para todo, que a veces parece que nada le importase.

-Yo estoy últimamente mucho mejor de lo de Dylan,  la verdad, pero aún así no me gusta nadie.

-¿Conoces acaso a los chicos nuevos? - me preguntó y me paró delante de mi taquilla- vinieron hace una semana de muchas partes del mundo, y la verdad es que son muy monos.

Abrí mi taquilla y cogí mi desayuno. Carla y yo nos dirigimos al patio central de la universidad y nos sentamos en un banco de piedra a la sombra de un árbol.

-Oh, mierda-dijo Carla-he olvidado el móvil en la clase.

Acto seguido ella salió corriendo con el desayuno en la mano y la mochila colgada sobre un hombro. Después se dio la vuelta y me miró.

-Lo siento cariño, hoy comerás sin mí- después de eso me mandó un beso y salió corriendo.

Le sonreí y abrí mi comida. Realmente estaba hambrienta,  pero entonces apareció un chico que parecía ser asiático y se sentó a mi lado. Me quedé mirándolo instintivamente, pero la verdad es que no le vi muy bien la cara porque estaba mirando hacía el lado contrario que yo. Tenía el pelo tintado de rosa claro y un buen gusto para la ropa. El chico tenía un aura muy dulce a su alrededor, ese chico me daba buenas vibraciones. En ese instante el chico se dio la vuelta y se quedó mirándome atónito, creo que le intimide con la mirada, pero realmente lo hago sin querer. Miré hacía el frente y sin decir nada cogí la mochila y me fui.

Creo que la burbuja en la que me había encerrado hace dos meses había reventado.

Nunca te voy a dejarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora