28.

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Le conté a Valeria que Sebastián me había correspondido y ella se alegró por mi. Mientras tanto, nadie más que ella se ha dado cuenta que él y yo hemos comenzado una relación, y también ha prometido que no le diría a nadie sobre lo nuestro, pues aparte de que nuestra relación es algo muy riesgoso, no queremos que nadie se interponga.

En el poco tiempo que llevamos, después de dos semanas, mis celos no han tardado en llegar cada que la maestra de Filosofía se acerca a Sebastián y finge hablarle de cosas del trabajo. Él me ha contado que ella quiere con él y que se lo ha dicho, que no descansará hasta el día en que él pueda estar con ella.

Suelo reírme en ocasiones, Sebastián también lo hace y se burla de ella, pero yo le digo que no es bueno burlarse de alguien así, no es bueno burlarse de alguien a quien nunca le vas a poder corresponder. 

Esta mañana, él llegó al salón de clases de una manera no muy habitual, pues cambió su vestimenta casi formal a una no muy conveniente. Durante las dos semanas en nas que hemos estado juntos le he hablado sobre una de mis bandas favoritas: Blink 182

Hoy llegó con uno jeans y una remera de ellos, me sorprendí al verlo, pero también me alegré, cuando le mostré un disco de ellos, le había encantado.

Los demás chicos lo miraron un poco extraño, los chicos chocaron puños con él, y lo felicitaron por su gran gusto musical, las chicas susurraban que se veía mejor así que a su aburrida vestimenta casi formal, una de ellas decía que el profesor era bastante guapo, se preguntó si tenía novia y las demás chicas comenzaron a sacar sus propias conclusiones, después empezaron a pelear por él y Sebastián les pidió que guardaran silencio, pero lo ignoraron y ellas siguieron peleando por unos minutos después, hasta que él comenzó con la clase y fue cuando todos por fin guardaron silencio.

Mientras Sebastián daba clase, no podía dejar de mirarlo, su espalda me provocaba ganas de...

— Él es mío, ¿verdad Laura? — me susurró una de las chicas que andaban peleando. Asentí con la cabeza y volví mi mirada hacia el pizarrón, o mejor dicho, hacia Sebastián; mientras pensaba:

No sé que tanto pelean por él, si al fin y al cabo es solamente mío...

Tú eres mío.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora