Sebastián y yo estábamos charlando en su departamento acostados en su pequeño sofá.
— ¿Qué harías si tus padres se enteran de que tienes una relación a escondidas con tu profesor de matemáticas? — preguntó Sebastián
— Probablemente me cambiarían de escuela y a ti te denunciarían. Es algo que no quiero que suceda
— ¿O sea que iría a la carcél?
— Probablemente — respondí
— ¿Y no sientes raro andar con alguien mayor que tú? ¿Es tu primera vez?
— Realmente es la primera vez que tengo un novio que me importa más que los anteriores
— ¿Qué viste en mí para gustarte tanto?
— Tu sonrisa
— ¿Sólo eso?
— Eres un tipo demasiado lindo
— Y tú una chica muy guapa, eres distinta a las demás. Antes pensaba que las chicas de tu edad sólo sabían romper corazones
— ¡Hey! ¡No estás tan grande! — grité. — ¿Tú que viste en mi?
— Tu forma de ser, tus delicados gestos y esos ojos tan llenos de amor
— A veces siento que tienes una edad mental menor
— Pero yo no soy tu típico chico drogado de 18 años
— No estoy diciendo eso, amor
— Es raro que una chica de 17 años y medio como tú ande conmigo, ¿no deberías follar con alguien de tu edad?
— ¿Qué estás diciendo Sebastián?
— Olvídalo, soy un tonto, sólo espero que nunca nadie intenté separarnos. Mi hermano probablemente me ahorqué si le digo algo sobre mi relación contigo
— Nadie se va a enterar
— Creo que no hacemos lo correcto, a ti te faltan muchas cosas por vivir. Deberías intentarlo con alguien de tu edad
— Pero yo te quiero a ti, y yo puedo ser todo lo que necesitas con tan sólo 17 y medio
— ¿Y si no llega a funcionar?
— Ha funcionado desde el momento en que juntamos nuestros labios por primera vez — dije y sonreí.
Él me abrazó y luego me miró directamente a los ojos, besó mi nariz y después mis labios, bajó lentamente a mi cuello y luego a mis clavículas, volvió a mi cuello y lo mordió muy suavemente, era una sensación extraña, pero sin embargo lo disfrutaba y quería más de ello.
— ¿Me prometes que vamos a estar juntos siempre? — se volvió hacia a mí
— Te lo prometo — y nuestras manos se entrelazaron y ambos nos apretamos muy fuertemente
Bajó a mi cuello y entre besos lentos comenzó a jalar la blusa que llevaba puesta, en un instante desapareció y ahora sólo estaba con el sujetador, lo arrancó también a mordidas. Yo quité su camisa y sus jeans, ambos estábamos casi desnudos. Las caricias aumentaron de nuevo y los besos ya no eran muy románticos. Ambos ahora estábamos llenos de deseo y lujuria. Justo cuando íbamos a llegar a la mejor parte, alguien llamó a su puerta, estaba tratando de abrir. Me levanté muy rápido cubriéndome con la camisa de Sebastián el cuerpo entero, él también se levantó muy rápido y en calzoncillos se dirigió a la puerta esperando alguna señal.
Al parecer habían dejado de insistir con la puerta por unos instantes, pero momentos después volvieron a llamar. Sebastián decidió abrir sólo asomando su cabeza, era el encargado del edificio diciendo que alguien había entrado a robar al edificio y que tomarán sus precauciones.
— Gracias — fue todo lo que dijo él. Volvió al sofá y puso su cuerpo sobre mí, comenzó a menearse de un lado a otro.
Simplemente amaba a este chico.
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Tú eres mío.©
Short StoryTodos tenemos un amor imposible. No importa si es un famoso o si es un chico de tu escuela, ¿pero qué sucede cuando te enamoras de alguien mayor que tú? No me explique bien, ¿qué sucede cuando te enamoras de tu profesor de Matemáticas? Es ahí cuand...