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Sé perfectamente más que nadie que a Sergio le gusta Valeria, y lo sé, por la manera en que la mira y como sigue sus pasos uno a uno, pero no puedo evitar pensar que su sonrisa es hermosa y que se ve más lindo cada que brilla por si mismo con esos dientes tan bonitos que lo caracterizan. Él y yo hemos hablado un poco y me he dado cuenta de que Valeria se merece a alguien mejor, y Sergio es la persona indicada, Israel es lo contrario a él y cualquiera que piense que son tan parecidos está muy equivocado.

Hoy hablé con él durante un buen rato mientras Valeria la pasaba con Israel y Sebastián daba clases en algún grupo, sabía perfectamente que a él no le agradaba mucho Sergio, pero al ver que quería a Valeria podía confiar en él.

— ¿Te gusta mucho ella?

— Decir mucho es poco, ella me encanta

— ¿Cómo te empezó a gustar?

— Ni siquiera lo sé. Un día vi que su belleza no se comparaba con nada. Me enamoré

— ¿Te enamoraste?

— Como nunca antes

— Conquistála

— Claro que lo haré, ¿y tú? ¿cuánto llevas con el maestro de Matemáticas?

— ¿Cómo sabes que ando con él?

— Es más obvio cuando se van besando en el transporte público

— Espera, ¿nos viste?

— Ambos se ven muy enamorados. Y Sebastián se ve bastante frío viéndolo como un chico normal y no como profesor

— Él es muy lindo

— ¿Me dirás cuánto llevan?

— Dos meses

— ¿Y de verdad lo quieres?

— Lo quiero como tú quieres a Valeria

— No es cierto, mi amor por ella no se compara con nadie

— Tienes razón, yo quiero más a Sebastián

— ¿Estás segura? — y él sonrió. No supe si decir la verdad o fingir

— Si — mentí. No podía resistirme a su sonrisa. Me derretía por dentro y eso era algo muy grave.

Tú eres mío.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora