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Por primera vez, Sebastián vino a casa a recogerme para llegar a la escuela y poder arreglar los problemas entre Sergio e Israel.

Toc, toc

Fue el sonido que hicieron los golpes de Sebastián hacia la puerta. No sabía que él vendría, así que me tomó por sorpresa, pero de igual manera me alegró verlo y saber que era la primera cosa linda que veía en el día, sin duda, era lo mejor que pasaba en cada uno de mi días. Mamá y Papá estaban en casa, ellos aún dormían, y despertaban normalmente después de que yo me iba a clases, así que no había problema alguno en que se dieran cuenta de la presencia de alguien más aparte de su hija en la casa.

Abrí la puerta, él estaba de pie ahí con un ramo de flores, las más bonitas que había visto en mi vida, con su gran sonrisa y esos hoyuelos que se le formaban y que me provocaban muchas ganas de besarlo. Sin pensarlo más, sin decir una palabra, rodee su cuello con mis largos brazos y le di un pico. Lo miré a los ojos y le susurré:

— Me alegra verte aquí

Él sonrió y extendió el ramo hacia a mi.

— Son para ti, princesa...

— Gracias Sebastián, ¿pasas y tomas algo?

— ¿Acaso no están tus padres?

— Ellos despiertan después de que me voy. Ven, pasa — tomé su mano e hice que entrara a mi casa, permanecimos en la sala unos minutos, preparé un café instantáneo para ambos y charlamos sobre las ideas que él diría frente al director para evitar que expulsaran a los pretendientes de Valeria.

Estuve de acuerdo en todas las ideas que él proponía y traté de asegurarme que mientras ambos charlabámos mis padres no bajaran por las escaleras y nos miraran haciendo cosas malas. Así que tuve mucho cuidado.

— ¡Laura! — era mi madre gritando desde su habitación. — ¿Con quién hablas? ¿No es hora de que te vayas?

— Eh..., si, es Valeria por celular, se me hace tarde, me tengo que ir — respondí y poco a poco junto a Sebastián me dirigí a la puerta.

— Espera Laura, tengo que decirte algo

— Será después mamá, hoy tengo una exposición y voy tarde, chao

Ambos salimos rápidamente, él con su mochila y yo con el ramo de flores, tomados de la mano, nos fuimos caminando muy rápido hasta la escuela. El camino se hizo más agotador, pues íbamos hablando.

— Señorita de los padres que no se despiertan hasta que ella no se va — dijo Sebastián

— Cállate bobo — respondí

— ¿Por qué no me presentas como tu novio y no como "tu novio, el maestro de matemáticas"?

— Ellos no me dejan tener novio, entiende, ¿por qué tú no haces lo mismo conmigo y me presentas con tu familia?

— ¿¡Estás loca!? No puedo presentar a una bebé como tú con mi familia o iré a la cárcel por parte de ellos

— Ya no soy una bebé, tengo 17 y medio, tú tampoco eres 10 años mayor

— ¿Y si lo fuera? ¿Y si tuviera 27?

— Igual te amaría, ¿y tú a mi?

— Tendría mucho más cuidado con mi princesa

— Entonces hagamos como que tienes 27. Pasará el tiempo y tú seguirás igual de lindo, y yo pasaré el resto de los días enamorándome más de ti

— Eres una tierna, niña boba

Saqué la lengua muy infantil y él me miró. A lo lejos veíamos a Valeria, fuimos corriendo hasta ella. Agitados nos disculpamos.

— Mi madre casi nos cacha — dije.

— ¡Y los cacharán si siguen tomados de las manos! ¡Suéltense! — gritó ella

Nos soltamos y Sebastián sacó un par de papeles, luego dijo que iría a arreglar las cosas en la dirección.

— Te quiero, boba — dijo y me besó la frente. Se marchó y deseé que todo saliera bien.

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¿Quién quiere un Sebastián en su vida? :')

¿Sergio o Sebastián?

Difícil decisión, pero yo me voy por Sebas bebé ❤

Tú eres mío.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora