La llamada del subconsciente.

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Después que Zade se fue, decidí salirme también a tomar un poco de aire en otro lugar y terminé en la habitación de León.

–Perdón, la enfermería estaba hecha un desastre además, creí que seguirías en tu habitación–dijo Zade entrando.

Solo asentí con la cabeza.

Me habían pasado las cuatro horas viendo puntos fijos en la nada y moviéndome de un lado al otro, creo que no había dicho palabra en horas.

–¿Ha pasado algo?–me preguntó.

–¿Aparte del enorme problema del que ya estaba metida? No.

–¿Has visto a León?– Zade miró hacia la pared.

Negué con la cabeza.

–¿Para qué lo necesitas?

–Quería saber donde estaba.

Mi mente estaba vacía, se que debía ponerme a trazar un plan y ponerme en acción, a pesar de ello, simplemente no podía concentrarme.

–Ky, si vamos a hacer esto necesito que seas sincera conmigo.

–¿A que te refieres?

Miré a la pared.

–¿Cual se te ocurre que fuera la razón para que Daniel se pusiera así cuando supo que te hicieron análisis?–Zade se acercó más a mi.– ¿Alguna idea, Keyra?

La verdad es que de eso si no tenía idea.

Negué con la cabeza nuevamente.

–Keyra sabes que te voy a apoyar pero necesito que me digas la verdad.

¿La verdad? Hace mucho tiempo que llevaba buscándola.

–Realmente no se dé que estás hablando.

Zade suspiró.

–Soy casi medico ¿Crees que no me daría cuenta de lo que sucedía cuando estabas en la enfermería por culpa de mi hermana?

Zade había mencionado a su hermana anteriormente y aunque no había indagado en el tema, no tenía idea de cuál era la conexión que yo tenía con ella.

–¿Tu hermana?

Zade volteó los ojos.

–Marlene.

–¡¿Qué?!–Grité volviendo la vista hacia él.

¿Estaría bromeando? ¿De verdad la hermana de mi mejor amigo era la misma persona que me había herido de distintas maneras?

Realmente existen días malos, de inicio a fin, todo inicia con un pequeño acto y como una bola de nieve se va haciendo más grande cada vez hasta aplastarte.

¿Sería posible que Zade hubiera fingido todo?

–Creo que no te lo estas tomando bien, pensé que ya lo sabías– La mirada de Zade mostraba preocupación.

Y como mi mente estaba vacía desde hace un rato, ni siquiera podía analizar las cosas.

–En realidad no me hablo mucho con ella, nunca fuimos muy unidos y para ser sincero incluso a mí, que soy su hermano, me llega a parecer una persona muy insoportable a veces. Mis padres siempre la malcriaron mucho y se obsesiona muy rápido e intenso, por eso desde que llegaste te tomó odio, le quitaste el foco de atención de la gente y sobre todo de León.

–¿Y sentías culpa de lo que me hacia? Por eso me ayudabas y te acercaste a mi o ¿lo hiciste porque ella te lo pidió?–dije con voz baja, no podía enojarme con Zade, mas si podía sentirme herida.

TósigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora