En contra de mis expectativas, el trayecto no fue tan largo.
El calor de la mano de León alrededor de la mía, me ayudó a sobrellevar el hecho que camináramos por un cementerio.
El silencio en que nos sumergimos era roto en ocasiones por el sonido de los truenos cercanos.
Llegamos a lo que parecía ser una antigua unidad. Tenía forma circular y estaba compuesta por 7 casas y 3 edificios que apenas se mantenían de pie.
León se detuvo en medio del lugar y supe que debía de volver a mi posición en el grupo. Solté su mano y, en silencio, me abrí paso hasta volver a mi puesto.
León se aclaró la garganta- Bien, hemos llegado. Ahora les indicaré la edificación que se les ha asignado-. Sacó una lista y empezó a decir nombres mientras señalaba las estructuras; después de 5 personas mencionó mi nombre.
-Keyra, tu estarás a cargo de la construcción que se encuentra detrás de mí-. Dijo volviéndose y señalando una edificación que constaba de 4 pisos y tenía la mayoría de las ventanas rotas. Entre el 2 y 3 piso se había formado una enorme grieta que dejaba ver el oscuro interior.
León prosiguió asignando y resolviendo dudas por unos cuantos minutos más.
-Recuerden tener encendidos sus walkie-talkies; si terminan antes, háganmelo saber por ahí, pero no salgan hasta que lo ordene, ¿entendido?-. Finalizó León.
Después de recibir una afirmativa general, nos indicó que iniciáramos.
Inspeccioné mi edificio desde lejos mientras notaba como el equipo se dividía para irse a sus respectivas asignaciones.
-Toma, frota esto en el filtro de tu máscara -. Dijo una voz a mi lado.
El chico que me había ayudado con el uniforme y con el cual había hablado en los ascensores, tenía un pañuelo tendido hacia mí.
-¿Qué es?-le pregunté mientras lo tomaba algo insegura.
-Lo averiguarás si entras en el edificio sin hacerlo-. Dicho esto, sacó un pañuelo idéntico al que me había dado y lo frotó en su propio filtro, me dio la espalda y se dirigió a la casa que se encontraba casi al inicio de la unidad.
Miré el pañuelo con recelo y lo sentí un poco mojado. Lo sostuve mientras me encaminaba a mi edificio.
Carecía de puerta así que no tuve problema para entrar, me encontraba en medio de un gran cuarto. En el fondo había un módulo de recepción, al lado derecho se encontraba una sala pequeña de 4 grandes sillones manchados y rotos, junto con una mesa volcada; del lado izquierdo se hallaba una escalera que llevaba a la planta de arriba, algunos cuadros tirados y lo que parecía haber sido una enorme ventana.
El olor me llegó de golpe, una combinación de azufre, sudor, hierro y putrefacción: el lugar olía a muerto. Miré el pañuelo en mis manos y lo acerqué al filtro; despedía una mezcla de café, vinagre y lavanda. Lo frote en la máscara hasta que la esencia quedó impregnada por completo, neutralizando aquel otro hedor; Cuando terminara la misión, me aseguraría de agradecerle las veces que fueran necesarias a ese chico.Me encaminé hacia el mueble de la recepción. Detrás de él había dos sillas volcadas y encima 2 tablets en estado deplorable e inservible junto a un montón plumas regadas. ¿Plumas? no sabía ni para qué necesitaban plumas, pero de cualquier forma agarré un puñado y las guardé en la mochila.
Después de inspeccionar un poco más la recepción y de percatarme que de no había nada útil me encamine hacia las escaleras.
Los peldaños de concreto se hallaban casi intactos y parecía que les agradaba a las arañas, ya que sus redes se sostenían de pared a pared. Las miré con recelo, no muy segura de querer pasar por ahí... Okay, definitivamente no iba a pasar con todas esas telarañas, tenía que encontrar algo con qué quitarlas. Me giré de nuevo hacia la recepción, buscando algo útil y, en una esquina olvidada, encontré una lámpara de escritorio lo suficientemente ligera y larga para hacerme paso.
Así pues, subí las escaleras mientras apartaba los tejidos, sin permitirme pensar en sus habitantes en ningún momento.
El primer piso contenía cuatro habitaciones ubicadas a los lados de una pequeña sala con dos sillones, dos sillas y una mesa de vidrio rota.Miré la primera habitación de la derecha, que tenía más pinta de armario. La puerta de madera chirrió al abrirla, revelando una estantería gigante con artículos de limpieza que, a mi parecer, ya había sido saqueada, dejando infinidad de escobas astilladas, recogedores que no podría transportar y envases con líquidos de limpieza demasiado pesados.
Justo cuando iba a salir de allí, me fijé en la división de arriba del estante, donde se hallaban unos cuantos trapos, jabones en barra y lo que parecía ser una esponja.
Con facilidad trepé por las divisiones y con el brazo empujé todos los objetos al suelo, levantando una nube de polvo, antes de bajar de un salto.
Después de guardarlos en mi mochila, salí del armario. No iba tan mal para ser mi primera misión.
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Tósigo
FantascienzaEn un mundo enfermo y roto, la guerra es inminente y la supervivencia a tomado otro nivel. Keyra sabe mas de lo que piensa y es mas importante de lo que imagina. Para salvar a quienes quedan en este planeta devastado y a ella misma, tendrá que descu...