Perversa Oscuridad: Claridad [#7]

5: Mi tumba

Días después.

Estoy sentada en aquella silla de la cocina, mirando la televisión y comiendo galletas. Desde que llegué a la casa de Lyon, he estado revisando archivos de chicas desaparecidas sobre los últimos años, él me trae las copias y yo las examino. Lamentablemente, no hay ninguna muchacha en los reportes con mi fisionomía, ni siquiera alguna "Claire". ¿Será que no me llamo así? Creía que era lo único que recordaba y ahora parece tan lejano.

Soy como un fantasma, no hay pistas sobre mí, no existo.

Dejo de ver las noticias y observo en la posición que estoy sentada. Esta remera corta no cubre mis quemaduras y este short es muy corto. Me encuentro descalza, parezco muy cómoda con mis piernas flexionadas y mis pies sobre la silla, en vez del suelo. Me pregunto si hacía estas actitudes cuando recordaba. Ni eso me puedo acordar, es tan frustrante.

Miro la pequeña casa, está muy silenciosa. Lyon se ha ido a su trabajo hace rato, estoy sola con esos papeles que he repasado más de cincuenta veces. Me dijo que traería más, espero encontrar algo con los próximos. Lo bueno que él es policía, tranquilamente, puede traerme este tipo de cosas y sin tener que meterse con Cross. Me preocupa que ese mafioso vuelva a aparecer y destruya mi tranquilidad.

Aunque es el único que puede saber algo.

Sin embargo, no ha hablado antes, no lo hará ahora. Es una pérdida de tiempo considerarlo como opción. A menos que... pueda revisar su casa.

Niego con la cabeza, suspiro y muerdo otra gallera. Es demasiado arriesgado. ¿Soy capaz de llegar hasta ese punto? Debería considerarlo como última opción nada más.

Cambio de canal y sale la masacre en la que estuve. Trago saliva cuando oigo de mí. "La pareja del único sobreviviente", dice textual la reportera, algo de que al fin le han entregado el cuerpo a su prometido y que será enterrado hoy.

Me levanto rápido de mi asiento, sobresaltada.

―¡Te han mentido! ―grito como si desde la tele me escucharan.

No lo puedo creer, Cross logró lo que quería. ¿Cuánta influencia tiene ese hombre? Un segundo, ¿hay un acta de defunción? Puede haber un nombre entonces. Un cuerpo falso con lo que podría ser mi apellido.

―No, debo estar delirando. ―Camino en círculos y pienso en voz alta―. Cross no sería tan estúpido... ¡Y si...! ―Miro a la televisión de nuevo, deteniendo mis pasos―. No, puede que sea una trampa. ―Me revuelvo el cabello―. ¡Esto no está bien!

Pero no quiero quedarme sentada aquí toda la vida.

Puedo echar un vistazo, ¿no? El cementerio es público, no pasará nada, ¿verdad? Voy, paso, me cercioro y me largo. Una miradita rápida y ya está.

Busco la bolsa, donde tengo ropa, la cual me ha conseguido Lyon y me visto con algo que me cubra más el cuerpo. Me pongo unas sandalias y entro a su cuarto, en el que sé que tiene unos lentes de sol. Me siento fugitiva, pero como él dijo que me sienta como si estuviera en mi casa y luego se disculpó porque no recuerdo cómo es eso, creo que caminar por dónde quiera no debe ser problemático.

Tengo una deuda de gratitud con este chico, que no sé cómo voy a pagarla. De cualquier forma no es momento de pensar en ello. Saco un mapa de un cajón y lo apoyo sobre la mesa, busco el cementerio.

―¡Aquí! ―expreso alegre cuando encuentro la dirección y quedo pensativa al acercarme a la puerta de salida del departamento.

¿Dónde dijo que estaba la llave de repuesto?