9: Arma

1.2K 132 16
                                    

La sensación está presente...

Cross.

¿Por qué tenía que aparecer justo cuando...? No sé, me he perdido en el momento y ni idea de lo que quise trasmitir, pero me ha quedado un sentimiento de vacío que hace hasta rabiar.

Reacciono cuando el infeliz de Cross saca su arma, apuntando a Lyon. Por suerte, el castaño se moviliza a tiempo antes de que cualquier balazo salga de allí.

―¡Eso es de cobardes! ―Se levanta de la fuente y le tira el adorno que fue destruido por el tiro.

El morocho retrocede, pero el arma se le cae, por lo cual acciono y la levanto, apuntando hacia su dueño.

Cross se ríe.

―Baja eso, no sabes usarlo.

La sensación crece.

Miro el revólver y luego a él, seguidas veces. Como si fuera natural le quito el seguro y hasta me sorprendo. Está equivocado.

¡¿Sé utilizar esta cosa?!

¿Cómo es eso posible? Continúo apuntándolo, notando aún más el sentimiento de un recuerdo que no logro ver en mi mente.

―Yo... ―Dudo, pero luego me pongo más firme―. Vámonos, Lyon.

―No se van. ―El mafioso avanza un paso y yo retrocedo.

―Aléjate o disparo ―amenazo.

―No lo harás. ―Sonríe.

Oigo el sonido de otro seguro y miro al costado.

―Si no lo hace ella, lo hago yo ―expresa Lyon con su arma reglamentaria de policía mientras también lo apunta.

No le queda otra que ceder y nos vamos corriendo de allí. El problema es que en la salida nos interceptan sus insoportables empleados. Lyon golpea a algunos, pero son demasiados, terminamos ocultándonos detrás de un auto.

―¿Dónde están? ―Oigo a Cross llegar.

―Se han escondido, Señor ―le responde uno de sus hombres.

―¡¡Pues encuéntralos!! ―grita furioso.

Lyon me mira y habla bajo.

―Vayamos a la comisaria ―susurra.

―¿Qué? ―Me sorprendo.

―Es evidente que nos buscará en mi casa.

Asiento al entender y nos retiramos en silencio de allí. A unas cuadras subimos a su patrullero, de ahí nos dirigimos al lugar susodicho. Al llegar veo poca gente y camino detrás de Lyon. Entra a una oficina, entonces nos quedamos solos. Abre un cajón con llave, mete el arma de Cross ahí, así que me sonríe.

―Quizás obtenga algo de esta si la mando a analizar.

―Qué bueno que de algo sirvió esto. ―Miro a todas partes―. ¿Es tu oficina?

―Era, pero el comisario me deja usarla, hay confianza ―explica.

―Si Cross va a tu casa... Jeremías...

Niega con la cabeza.

―Él nunca se encuentra ahí, además... ―Levanta y observa su celular―. En estos momentos está con su novia. ―Se ríe―. Le mandaré un mensaje para que se quede ahí ―me aclara mientras escribe y luego me mira―. Gracias por preocuparte.

―Y ahora... ¿Qué hacemos? ―Me agarro el brazo mientras camino observando la oficina―. Por aquí sacas los archivos, ¿verdad? ―Me giro y lo veo directo a sus ojos grises―. ¿No es así?

Perversa Oscuridad: Claridad [#7]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora