"Cuerpo compartido".

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Capítulo 4: "Cuerpo compartido".

Dos días después...

Dos días exactos que pasaron desde la expulsión del prestigioso colegio Harvord. La relación con su madre era muy conflictiva, su última conversación que llego a gritos fue cuando le dijo a Isabela que iba a regresar a su antiguo colegio High School Hollin, eso la desmoronó por completó.

Flashback

—Veo que estás pasando por cosas difíciles. —Habló una voz conocida.

—¿Ana? —La abrazó rompiendo en llanto—, ¿Por qué me dejaste? ¿Por qué me abandonaste?

—Shhh. —Le daba palmadas a Isabela. La separó—. Tenía cosas pendientes, pero cuando vengo esta todo un desastre.

Isabela no podía mirarle los ojos, le daba vergüenza.

—La diferencia es que yo me fui por un tiempo, pero tú, rompiste todas las reglas. Me decepcionas —contesto Ana siendo cruel.

—No puedo más, todos me odian —dijo Isabela frustrada.

—Estás hundiendo tu vida aun mas honda, ahora que sabes que te encontrarás con tus antiguos compañeros y creó yo que esos profesores metidos ¿verdad?

Asintió ella.

—A ti no te gustaría que nunca te dejará ¿no?

—Obvio que no —admitió Isabela.

—Pues hay una solución.

—¿Cuál? —Preguntó ansiosa.

—Ser parte de tu vida. Es decir, tú aceptas que yo pueda entrar en tú cuerpo y así evitas que nunca te pase éso.

—No entiendo.

—¡Ay, niña! —Se molestó Ana—. Verás tú me has dicho muchas veces que te gusta mi personalidad y la valentía y bla -bla-bla ¿no?

Asintió Isabela.

—Bien, pues esa personalidad, o sea yo entraré a tu cuerpo como parte de tú personalidad. Básicamente tendrás como dos almas en un mismo cuerpo —explicó.

—¿Y eso me da un conflicto a mí?

—No, al contrario. Tú también dominaras mente y cuerpo al igual que yo también. Vamos, será divertido ¿te parece? —contestó manipulándola.

—¿Y si nos descubren?

—Ay. —Gritó impaciente—. Nadie nos descubrirá, porqué soy muy astuta, aunque tú no tanto —murmuró lo último.

—Si esto parará mi infierno de mala suerte entonces aceptó —declaró.

—No hay vuelta atrás —aclaró.

—Lo sé.

Fin del flashback.

P.O.V Isabela.

Se encontraba observando el colegio que el día de mañana iba entrar. Aceptó el trato de Ana, el que ella sea parte de la mente y cuerpo de Isabela al que manejara todas las acciones y sentimientos, aunque claro está que ella también las manejará, pero al menos evitará que sea tan tonta e ingenua ante los demás. Caminó lentamente a una calle, temblando.

—¿Será un gran cambio? —Preguntó nerviosa.

—Sí, estate segura que serás una gran perra —rio Ana.

—Aquí pasan muchos autos —comentó mirando unos cuantos autos pasar.

—¿Esta lista? —Preguntó Ana.

—No, pero lo haré.

—Esa la actitud. —Festejó Ana— ¿Últimas palabras que decir?

—¿Qué pasa sino funciona y muero? —Preguntó insegura.

—Que no morirás, solo hay que calcular bien el golpe para que vueles, golpeé tu cabeza y pumm entrar a tu vida —decía con tanta naturalidad.

Suspiró temiendo que ese sea su último suspiró.

—Ahí viene un carro. —Miró como uno se aproximaba de color azul oscuro.

Cerró los ojos asustada.

—¡Ahora! —Gritó Ana dando la orden.

Rápidamente Isabela corrió hacía el carro, aquél no tuvo el tiempo de parar a lo que ella rodó al parabrisas y cayendo con la cabeza ensangrentada.

Una lágrima rodó de su mejilla. Recuerdos de la vida de Isabela pasaron en tan solo unos segundos por su mente.

El hombre del carro salió rápido llamando una ambulancia. No había casi personas mirando, porqué Ana calculó absolutamente todo.

Al terminar esos recuerdos, Isabela despertó.

Salió tal cuál como lo habían planeado.

—Gracias a dios que no has muerto. Ya vendrá una ambulancia, quédate quieta. —Le pidió el hombre preocupado por ella—.  ¿Cómo te llamas?

—Isabela Castillo. —Logró decir finalizando con un desmayó.

[...]

Cómo era de esperarse mi madre me restregó una vez más lo mal hija que era y pensó que yo me quería suicidar... pobrecita. Pasé los pares de días más aburridos en el hospital, el doctor me dijo que tuve suerte en no haber muerto y cosas así. Por fin estaba sintiendo la brisa chocando mi cara. Debía prepararme para mi primer día de "I'm back bitches", así que me escapé de la casa y fui dar un pequeño paseó en el centro comercial.

—Bienvenida a la peluquería Kobe —Habló la empleada amable.

—Hola, quiero que me hagas un cambio radical, porqué el que llevó me da ceguera —bromeé.

Ella rio.

—Me quiero lucir perfecta para mañana —anuncié sentándome.

—¿Qué tiene? —Preguntó curiosa.

—Regresó a mi antiguo colegio porque tuve unas vacaciones.

—Entiendo, sin duda te verás muy linda ¿Cómo te llamas?

—Isabel... —Me miré al espejo —. Isabela Ana. —Sonreí maliciosa.

[...]

Las Princesas De CristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora