"Buena Suerte".

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Capítulo 1: "Buena suerte".

2 meses después.

Estábamos a unos días de terminar las clases, las cosas seguían iguales en el colegio, pero en mi vida no. Al menos no era el momento de atacar. Aprendí muchas cosas, el poder controlarme y no comer a atracones como lo hacía antes, ya no comía casi en sí, eran ayunos que realizaba. Mí estabilidad emocional había mejorado, mis brazos ya no estaban ensangrentados porque Ana me lo prohibió.

Flashback

—Número uno. Dejar de cortarte, eso empeorará todo el plan y lo que queremos es que tú des una buena imagen, no alguien frágil.

Número dos. Toda princesa que rompe las dietas es castigada a cortarse.

—Pero... dices que no me corte y luego sí. Además no es para mí  un castigo —dije convencida.

—Pronto entenderás, ya lo verás. Eso dicen muchas, pero al final es el peor castigó que pueden recibir. —Mencionó segura —. Prosigo. Número tres. En ningunas circunstancias debes decir que yo existo o que estas en problemas alimenticios es un secreto, ¿Y dirás por qué? Sencillo, la gente no entiende nuestro estilo de vida y nos toman como enfermas y locas, cómo a ti te suele pasar. Así que cuidadito. —Amenazó—. Número cuatro. Una vez que llegues a tu meta, el trató se acaba y desaparezco de tu vida al menos que tú quieras otra cosa que ofrecerme. —Sonrió.

—¿Cómo qué? —Pregunté curiosa.

—Eso se dirá al pasar el tiempo. —Habló pensando —, Número cinco. Nunca te rindas y caigas como fracasada,  está muy mal visto en las princesas. Número seis. Toda princesa debe realizar ejercicios si quiere ver resultados, con lo cual cierras tu boca y has dos horas de cardio. Y por último, número siete. Siempre pero siempre, disimular los pasos si no quieres que te descubran. —Terminó de decir todas las reglas.

—Entiendo, pero ¿qué pasa si me descubren? —Pregunté.

—Mueres. —Sonrió como si nada.

—Qué bonita... manera de decirlo —comenté asustada.

—¿Sabes que no hay vuelta atrás con el trató? 

—Lo sé, siento arrepentirme, pero por otro necesitó vengarme de todas las personas que se han burlado de mi —expresé enojada.

—¿En especial con tu mamá?

Quede pensativa, no estaba segura si ella merecía la venganza. Ella solía golpearme en mi infancia.

Fin del flashback.

Estaba en el salón en la hora de Arte. Mientras buscaba el lápiz, encuentro mi cuchilla. La sacó disimuladamente, observándola por un rato debatiendo muchas cosas. Necesitaba cortarme, necesitaba sentir ese dolor que por mucho tiempo no lo sentía, porque aún permanecía ese vació que con nada se iba.

«Una cortada no haría nada malo», pensé.

Y asi fue, veía la sangre en mis brazos.

—Castillo, que bonito dibujo —dijo el profesor acercándose a mi lado, rápidamente oculté la cuchilla en mi falda del uniforme.

—¿Ah? —Solté confundida.

Miré la hoja y era un esqueleto tapándole la boca a una niña inocente. Con de nuevo la misma frase que había escrito anteriormente en el dibujó aquel.

«¿Por qué dibujo sin darme cuenta de lo que hago?», pensé confundida.

Tocó el timbre, todos se fueron menos yo que estaba quedando última. Mientras guardaba todo, noté que la camisa estaba con sangre al igual que el pisó, los cortes se me habían salido de la mano y la situación también.

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