"Sed de sangre".

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Capítulo 17: "Sed de sangre"

—Despertaste —dijo sin quitar la mirada del diario.

Me levanté como pude con dolor. Estábamos afuera.

—¿Qué día es hoy? —Pregunté sin tener la menor idea del exterior.

—Día 4 ¿Por qué? ¿Quieres salir? —Preguntó tocando su reloj fino.

—¿Hace falta responder? —dije expresando un gesto de fastidio.

Sonrió.

—No, pero aun no he decidido tu muerte.

Me generó un escalofrío de miedo.

—Sí voy a morir, al menos quiero saber más de ti —comenté mirándolo fijamente.

—¿Saber de mi? —Rio irónico—. No puedo creer, que alguna de mis víctima quiera saber de su asesinó... increíble —dijo incrédulo.

—Te dije que he pasado por varias cosas más de la que crees.

—¿Una persona trastornada? —Preguntó tomando de su copa.

Alce los hombros.

—¿Y tú que crees? Toda persona es una caja de sorpresa.

—¿Quieres vino? —Preguntó ofreciendo.

Me daba mucho asco el vino, pero debía seguir el juego como Ana dijo.

Asentí tomando un poco.

—¿Por qué decidiste empezar a torturar personas?

Quedó inmóvil por dicha pregunta. Hizo un gestó de molestia, viendo perfectamente como su mandíbula se marcaba.

—No estas a disposición de preguntar lo personal.

—Aclaré perfectamente que quería saber de ti. Conoces tanto a tus víctima, pero ¿por qué yo no?  ¿Tienes miedo?

La copa explotó en su mano por su furia.

Ladeé una sonrisa perversa.

—Que pena... pudiste haber sido un gran chico.

—Callada te ves mejor, Isabelita —apretó un botón, el cuál paralizó mi cuerpo quedando inconsciente.

  👑⏳👑

P.O.V Agustín.

Hija de puta... ¿Cómo se atreve la muy bastarda?

«Que pena... pudiste haber sido un gran chico», pensé imitando imbécil.

—¡Ash! —Lancé furioso una jarra contra la pared. Mi enojo era inexplicable, nunca nadie hizo que me pusiera así.

Isabela, me sacaba de los cabales. Ella sabía como atacar en mi punto débil. Algo que ninguna de las otras pudieron hacer.

¿La asesinare? Es un diamante muy preciada como para perderla en mis manos.

Abrí el armario y busqué la bolsa. En ella había millones de dólares guardados. Siempre me iba de viaje una vez que cumplía con mis víctimas.

Ordené un poco la ropa que algunos hace mucho que no las usaba. Hasta que en eso cae una libreta, automáticamente sabía que contenía.

Me senté en el escritorio y empecé a leer cada una de las notas.

Querido Maite:

Las Princesas De CristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora