Las Princesas De Cristal

"El Pecado Del Sabor".

Maratón 2/3.

Capítulo 12: "El Pecado Del Sabor".

—Así que aquí estas. A este colegio vienes —dijo decepcionado.

—¿Qué haces aquí? No te quiero volver.

—¿Quién es él? —Preguntaron los dos al mismo tiempo.

—Diego, vayámonos —comenté agarrándolo de su brazo.

—Tú no te vas de aquí. Quiero hablar contigo —confesó.

—Pues yo no. Lo nuestro terminó hace meses, supéralo.

—Sí vine aquí es porque me enteré que Agustín te ha estado viendo —comentó.

«Maldita sea».

—¿Y qué?

—Vayámonos. —Tironeó de mi mano.

—¡Ey! Déjala en paz. No tienes derecho de tratarla así, es mejor que te vayas. —Saltó a defenderme Diego.

—Tú no te entrometas.

—Vayámonos Diego. No vale la pena —dije sin soltar de su brazo. Nos alejamos lo más posible hasta ver que Mike ya no estuviera.

—¿Estas bien? —Preguntó parando en secó.

Asentí.

—Gracias por defenderme.

—Sé que no me incumbe, pero ¿quién es él? —Preguntó curioso.

Suspiró pesado.

—Mi ex-novio —comenté tímida.

Diego no dijo nada.

—Regresa seguro. —Ladeé una sonrisa triste para luego irme a mi casa.

A unas cuadras de mi casa hay un parque, en la que terminé sentada en una banca junto con él. Sí, me había podido investigar hasta la dirección de casa.

—¿Cómo te enteraste de que veo a Agus? —Pregunté curiosa.

—Revise su móvil. Y los mensajes.

—¿Por qué hablar conmigo? ¿No crees que ya llegamos a suficientes términos para no vernos? —cuestioné.

—Vengo a pedirte perdón. Fui un idiota por jugar contigo —dijo sincero.

—Tardaste mucho tiempo en pedirme perdón. —Solté sarcástica.

—Sí me quieres pegar, hazlo. Aceptaré lo que sea solo para que me perdones y seamos amigos —confesó.

—Los Ex como amigos no me va.

—Pero puede hacer que sí. —Sonrió.

—Eres un estúpido. Pierdes el tiempo conmigo, porque no vas a conseguir nada. —Me levanté ofendida

Me agarró el brazo.

—Yo... te extrañé —pronunció con la mirada en mis ojos—. No puedo dejar de pensar en ti. Ninguna chica se compara contigo Isabela —decía sin poder explicarse— ¿Qué eres Isabela Castillo? —Preguntó confundido.

¿Qué eres Isabela Castillo? Esa pregunta va más allá de la simple vista. Es una duda existencial para muchos.

No caigas en el juego.

—Te amo, Isa. —Me abrazó—. No puedo creer lo que estoy diciendo. Pero eres la primera luego de mucho tiempo al que realmente quiero tenerte a mi lado.