"Tachado"

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Capítulo 23: "Tachado"

—¡¿Qué haces con mi hija?! —elevó la voz histérica.

—No es lo que creas, María. Te lo puedo explicar —decía nervioso.

—¡Salté ya de mi casa! —gritó tomándolo del brazo.

—María, por favor. Tú hija es la que provocó todo esto —comentó tratando de zafarse.

—¿Ah sí?

Mi madre me miró fulminándome con la mirada.

—¡No te quiero ver nunca más Nicolás Gonzáles! ¡Vete antes que te denuncié! —lo echó a patadas. Cerró la puerta de un portazo.

Ella se acercó fulminante, claramente con lágrimas en los ojos. Recibí un fuerte golpe que me tiro al suelo.

—¡Eres una basura! ¡¿Cómo se te ocurre estar con la persona que más amaba?! ¿Eh? —reclamó.

Sentí mi mejilla ardiendo. Me levanté firme y la miré fijamente.

—Deberías de ver que hombres traes en la casa.

—¿Qué hice yo para que sea así? Trabajo para que tengas una vida mejor, vas a un colegio de paga, ¿por qué eres así conmigo? ¡¿Qué te hice?!

Reí irónica ante sus palabras.

—¿De verdad no te das cuenta? Tu único error fue tenerme. ¡Si no hubieras estado de puta tendría un padre, o peor aún no conocería tu noviocito cuando era chica!

Cabeceó limpiando sus lágrimas. Se fue a su cuarto encerrarse.

Ya no era un desafío enfrentar a mi madre, ya no tenía miedo. Decía la verdad, y a decir verdad válgame la redundancia no sentía mucho cariño.

Había muchos errores que cometió, eso fue llevarme a lo que soy: Una adolescente que está en los callejones oscuros.

Las cosas estaban peor que antes. Lo de mi madre no me importaba tanto, aunque me angustiaba lo de Diego.

Quería estar con él, pero había desaparecido. Ya no quería estar cerca de mí ni por un centímetro. Sentía una desesperación por estar en sus brazos y llorar en sus hombros. Solo si supiera lo que estaba haciendo, ya no tendría motivo para que me hablé.

El día termino estando encerrada en el cuarto. Hoy era uno nuevo en el que debía ir al instituto.

¿Será que hoy vería a Diego?

Solo me fui sin comer, y decir una palabra al respecto. Tocaba las materias más aburridas, en el que afortunadamente pude salir para tomarme un respiro. La razón: Secretaría me llamó.

—Alumna Castillo, le debo informar que su madre debe venir a firmar el libro de faltas.

—¿Qué? —quedé desconcertada— ¿De qué habla?

—Ha superado el límite de faltas que da el instituto. Si no quiere repetir de año, debe firmar su tutor el libro y pagar.

—No puede ser... Mi madre no puede..., esta de viaje —mentí.

—Pues solo tiene dos semanas.

—Secretaría no puede hacerme esto. No puedo repetir, ni mucho menos que venga mi madre a firmar, debe de haber una solución, ¿no? —rogando que haya una.

—Lo hay. Y es la que le estoy diciendo.

—Aggh —solté molesta.

—Debió de haberlo pensado mejor antes —dijo.

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⏰ Última actualización: Sep 03, 2018 ⏰

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