Las Princesas De Cristal

"Hola querido amigo y enemigo".

Capítulo 7: "Hola querido amigo y enemigo".

No tardó en darse cuenta quién era yo.

—Buenos días. —Repitieron los del cursó. Él quedó atónito a verme.

«Diego, es él», pensé sin quitarle la mirada.

Me senté temblorosa, por atrás escuchó a la estúpida de Silvia mojada de jugó diciendo que bueno estaba el profe y que le hacía un pete. Puff la detesto con mi ser.

Lo notaba nervioso.

—Al parecer no se esperó nuestra llegada —dijo Ana.

—Sigue igual —mencioné.

—Estas tonta con él... eh —contestó Ana.

No dije nada y seguí pensando en Diego. Era un hombre lindo y que no dudaba que él tenía una pareja. Me gusta que lo tenga como profesor, eso quiere decir que me lo pasaré muy bien, pero por otro no quiero que me ataque con preguntas de como estoy y si aún sigo con mis problemas de autoestima.

P.O.V Diego.

Mi sonrisa se fue justó al ver a Isabela como estudiante. Y no es que la odie y eso para nada, me alegraba que estuviera viva, pero no era ella. Estaba distinta, su aspecto físico era de 7 kilos menos de la vez pasaba que nos vimos, qué claramente adelgazó y no sé si en método bueno o malo. Me quedé hipnotizado al verla, observándola de pies a cabeza, sus ojos ya no transmitían esa fragilidad que tenía sino otra cosa que no sé como decir.

Para terminar, estaba muy linda, pero me preocupaba como estaba, y como le fue en este tiempo que no la vi, prácticamente como esta su vida ahora mismo.

Me centre en dar la clase, claramente un poco incómodo con la mirada intensa de ella, pero al verla su única forma era desviar la mirada y eso me causaba un poco de risa. Mantenía ésa actitud de niña inocente pero que a las veces que me la quedaba viendo no era Isabela sino otra persona, es tan confuso éste sentimiento. Ya no quería seguir explicando, debía calmarme así que deje una actividad para que la hicieran. Una vez hecho me senté nervioso y tenso.

Le echaba unas cuantas miraditas a Isabela, cualquiera que me mirase sacaría la conclusión que soy un acosador, pero era algo inevitable, son muchas las preguntas que tengo para ella.

Agarré la libreta de firmas y decidí ya no darle vueltas al asunto.

P.O.V Isa.

Terminé las preguntas en menos de cinco minutos, y eran respuestas largas. Desde ahora me interesaba Historia y mucho. Me levanté con una sonrisa risueña y le mostré la actividad hecha.

Quedó sorprendido.

—Está bastante bien Isa —habló serio.

—¿En serio? —Me acerqué con una sonrisa.

Carraspeo un poco.

—Sí. —Disimuló una sonrisa.

—O-Ke-i —dije agarrando mi carpeta y guiñándole el ojo.

Ana había cagado con esa acción, como se le ocurría hacerle eso.

«Lo asustaste», pensé enojada.

Escribí en la carpeta con lápiz.

Me importa una mierda

—Ash. —Solté molesta.

Diego se fue tan pronto como pensé. Las clases con él duraban muy poco a mi parecer. La felicidad se acabó tan rápido al aparecer la vieja de Matemática.