Capítulo 8: "El amor es difícil".
—Es una alegría volverlo encontrar. —Caminé a su lado.
—Isabela...
—Por favor, dígame Isa —interrumpí divertida.
Forzó una sonrisa.
—Isa ¿No te parece esto? ¿Demasiado? —Insinuó que esto no estaba bien.
—Las reglas están para romperlas, profesor —comenté directa.
—No lo creó —contestó inseguro.
Disimulé triste. Miré el caminó detrás de él y me centré en sus ojos marrones.
—Disfruté su caminó —despedí con una sonrisa notoria de tristeza.
[...]
Hoy tocaba Artes, es una materia que no me gusta, la detestó con mi vida. No tengo una imaginación para dibujar ni mucho menos algo que me piden, porque así fue. Mis hábitos, mis hobbies se iban disminuyendo cada vez más.
¿Estaba cambiando?
Nos tocaba subir a la sala de Artes, con nuestras carpetas salimos del salón y esperamos en fila. Era sumamente ridículo esto, pero debíamos esperar hasta que consigan las llaves.
Mientras esperábamos, pude ver a Diego explicando en el salón de frente. Él era una persona que tenía mucho más interés que al principio, me gustaba su presencia, me sentía cómoda, pero todo eso se cagaba con mi irritable actitud de seductora, como si fuera que me gusta. Y lo reconozco me gusta, pero nuestra relación es imposible y esto es solo hormonas alborotadas.
«¿Por qué todo lo relacionas con "Hormonas alborotadas"?», pensé con una voz invadiendo el ambiente.
—No puedo creer que el profesor Diego sea tan hermoso. —Escuché la voz de pitó de Julieta.
—¿Tú también? —Salté con una cara de disgustó.
—¿Qué? —Miró con fastidió —. Todos los del colegio les gusta este papacito. —Volvió a mirar a Diego.
Apreté mis puños con furia, odiaba que todos se le tirasen encima a Diego, es decir, es molestó para él y para mí.
—Ahora si pueden subir —comentó la encargada.
Entramos a la sala de Artes y nada más que menos estaba otro de los sujetos de mi pasado.
—Luís Barrientos, —Pronuncie al mirarlo fijamente sin poder evitar aquella sonrisa perversa que dibujaba en mi rostro.
—¿Cómo están mis queridos alumnos? —Decía muy alegré.
«Próxima víctima».
—Profe que le puedo decir, está del asco. —Dirigió Silvia hacía a mí.
Rodeé los ojos por lo próximo que iba a pasar.
—¿Por qué dice e...? —Plantó los ojos en mi persona. Me hubiera gustado lo que pasase en su cabeza.
Quizás un "me cago en la mierda"...no lo dudó.
—Holis. —Saludé inocente.
—Usted. —Susurró sin poder creerlo.
Ladeé una sonrisa.
Carraspeo incómodo.
—Empecemos con la clase. —Palmó.
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Las Princesas De Cristal
Teen FictionTienes dos almas en un mismo cuerpo, cada una tiene una distinta personalidad, cada una tiene a alguien quien amar y cada una tiene un objetivo a terminar. Isabela, la niña de la típica historia con Bullying de baja autoestima y complejos en su men...