Desperté por los rayos del sol que me daban en la cara, tapé mis ojos y me di la vuelta, busqué con la mano mi celular entre las colchas hasta que por fin di con él.
Mire la hora; 7:30 am. Me paré de un salto de la cama y me metí en la ducha. Sophie se molesta mucho cuando alguien no llega puntual a la hora del desayuno.
Me di un rápido baño y me dirigí al ropero, saqué un short negro, una playera de tirantes blanca y unos tenis negros con un estampado de pequeñas rosas.
Recogí la ropa que dejé tirada, tendí la cama y salí corriendo de mi cuarto.
Me deslizé por el barandal de las escaleras y caí al suelo con las rodillas levemente flexionadas, mire a ambos lados de la sala dando un suspiro de alivio, si Sophie me hubiera visto, seguro ya estaría muerta.
Caminé hacia el comedor y abrí las puertas, Sophie estaba sentada a la cabeza de la mesa.
Al entrar incliné la cabeza rápidamente y me sente a la derecha de Sophie, enfrente de mí estaban sentadas Arantza, Dalí y Diana, Paola aun no llegaba. Comencé a rezarle al cielo porque bajara en menos de un minuto.
Las puertas se abrieron y la cara de Paola se hizo presente.
—Lo siento—dijó y tomó asiento a lado mío. Desde hace seis años que nos habíamos hecho un equipo, Sophie nos había dado indicaciones de cuáles eran las reglas del hogar, ella era como nuestra hermana mayor, y era nuestra tutora, por lo tanto teníamos el deber de obedecerla.
Una de las reglas era llegar a tiempo al desayuno, nadie podía llegar después de las ocho en punto y teníamos que sentarnos en nuestros respectivos lugares, los tutores siempre iban sentados a la cabeza, el líder a su derecha y el resto a su izquierda.
—Justo a tiempo—habló Sophie mientras miraba la hora de su reloj—. Desayunemos.
Tomó sus cubiertos y comenzó a partir su carne, miré mi desayuno, enfrente de mi tenia dos vasos, uno contenía jugo de naranja y el otro leche con chocolate, en mi plato tenia carne con papas y nopales cosidos, tomé mis cubiertos y comencé a comer, era delicioso.
Sophie sólo cocinaba cuando estaba en el instituto o cuando no estaba ocupada, siempre salía de viaje a distintas ciudades para visitar distintos institutos y entrenar a mocosos malcriados para formar un nuevo escuadrón.
Desgraciadamente ninguna de nosotras sabía cocinar, ayudábamos a Sophie en algunas cosas, pero jamás nos a enseñado, y cuando nosotras intentamos hacer algo sale mal, nos terminamos peleando o nos rendimos, dando por hecho que no servimos para la cocina.
Tome mi jugo, estaba frío ¡Cómo me gusta!, y seguí comiendo mis papas y mi carne.
—¿Y bien?—habló Sophie.
Miré a Paola confusa por la pregunta de Sophie, ella sólo se encogió de hombros.
—¿Perdón?—preguntó Arantza.
—Diganme que pasó ayer-respondió mirándonos detenidamente.
Volví a mirar a Paola, hizo una pequeña señal indicando que yo contara la historia. Me dirigí a Sophie preparándome para hablar. Le conté toda la historia hasta el más mínimo detalle, mientras que ella me miraba con mucha atención. Al terminar se recargó en el respaldo de su silla y nos miro sería.
—Muy bien chicas—sonrió, pero no una sonrisa cualquiera, una sonrisa sincera-. Las felicito han mejorado mucho.
—Gracias—dijimos al unísono.
—Bueno, ya saben que yo nunca ando con rodeos así que les seré franca—se incorporó en su silla colocando sus manos entrelazadas sobre la mesa, adoptando una postura rígida y sería—. Hoy en la noche llegaran una visita al instituto y quiero que se porten amable, no quiero un desastre como la otra vez—nos miró con detenimiento a Arantza, Paola y a mi lo cual al escuchar sus ultimas palabras no pude evitar una sonrisa.
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Experimento Secreto (Pausada)
De Todo5 mejores amigas son arrastradas a la misión más importante de su vida, donde descubrirán secretos de su pasado, para ello son forzadas a compartir su hogar con un escuadrón distinto al suyo, donde experimentaran sentimientos que nunca habían tenid...