Comienzo

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Un fuerte sonido la hizo despertar, provocándole un gran dolor de cabeza.

Se paro de golpe mientras se tallaba los ojos, una vez ya acostumbrada a la luz miró a su alrededor posando la mirada en su compañera de cuarto que había conocido ese mismo día, que, por alguna extraña razón, se llama igual que ella.

-¡Es hora de despertar!-dijo una voz dura-. Mi nombre es Jane Smith-su rostro reflejaba autoridad y dureza, parecia como si sus ojos expulsaran veneno con solo verlas-. Seré la encargada a partir de ahora de sus miserables vidas, en otras palabras soy su tutora.

Vestía como militar, su pantalón aguado con estampado de camuflaje, botas negras y una playera azul sin mangas, con tirantes anchos, cabello regido en una coleta alta, su cabello era negro y le llegaba a la mitad de la espalda. Tenía las manos atrás de la espalda y los pies separados a la altura de los hombros.

-Se preguntaran ¿Qué es este lugar?-prosiguió-. Francamente les responderé, el mundo necesita guerreros, guerreros jóvenes como ustedes ya sea para bien o para mal, el problema es que solo lo piensan y lo dicen, pero no lo hacen ¿Por qué?, por miedo, por miedo a fallar, por miedo a... Evolucionar-las miró sin mostrar expresión alguna-. Este lugar ahora llamado casa para ustedes es donde van a ser entrenadas, desgraciadamente el vuelo de sus demás compañeras se atrasó, así que estarán aquí dentro de dos días, aún así empezarán su entrenamiento mañana a primera hora, ¿Alguna duda?

-¿Por qué nosotras?, ¿Por qué estamos aquí?-preguntó Daniela.

-Digamos que... Son las elegidas-Jane se acercó a ellas-. Esta "tradición" si así se puede llamar, se pasa de generación en generación-miró a Daniela-. Lo has heredado de tu madre.

Daniela sintió como el alma se le iba a los pies, no podía creerlo, no podía creer que su madre hubiera formado parte de todo eso, de que ahora ella tuviera que pasar por eso, de no entender nada...

-¿Por eso nos secuestraron?, ¿Por qué fuimos elegidas?-Preguntó la compañera de Daniela, que se había quedado callada bastante tiempo.

-Por herencia-aclaró Jane-. ¿Cómo te llamas?

-Daniela Abbadie-dijo con tanta seguridad y seriedad.

-Una chica valiente-se acerco a ella tomandola del rostro-. Eso te ayudará preciosa.

Solto su rostro con una sonrisa hipócrita, pero aun así aterraba, miró a Daniela de arriba a bajo por unos segundo, como si la estuviera escaneando.

-¿Y tú?-preguntó.

-Daniela Handal-dijó algo sorprendida al escuchar su voz con seguridad.

-Asi que tenemos dos Danielas eh-sonrió sínica, mientras regresaba a la puerta-. ¿No tienen otro nombre?

-Daniela Aliyah Abbadie-respondió su compañera.

-Bien, Aliyah y Daniela, ya me conocen así que no hagan la vida imposible, van a obedecer las reglas y a cumplir con su entrenamiento completo.

Jane salió por la puerta sin antes decir la última advertencia.

-Les recomiendo que hagan todo bien si no quieren sufrir con heridas de por vida.

Daniela pudo volver a respirar con normalidad, tenía tan tantas cosas en la cabeza.

-¿Daniela?-Aliyah pasaba la mano abierta por sus ojos-. ¿Daniela estás bien?

-S... Si-sacudio la cabeza.

-¿Segura?

Asintió al mismo tiempo en el que se levantaba de su cama.

-Vamos a cambiarnos-dijo Aliyah llendo a su cama abriendo un cajón de la mesita de noche.

-Pero si no tengo ropa-replicó Daniela.

-Tienes en tu cajón, no te preocupes es nueva y de tu talla-sonrió.

-¿Como sabes eso?

-Porque saben todo de nosotras-habló en un susurro-. Y porque antes de que llegarás colocaron la ropa.

-¿Cuantos años tienes?-preguntó Daniela curiosa.

La miró por unos segundo debatiéndose.

-Seis-bajó la mirada-. Casi siete ¿Y tú?

—Cinco—susurró—. ¿No crees que estamos muy chiquitas para esto?

Aliyah suspiró resignada.

—No se que creer—trató de regalarle una sonrisa, pero lo único que consiguió fue hacer una mueca que al instante la borró.

Se dirigieron al baño que tenían en el cuarto, era bastante grande, con tres regaderas e inodoros, había un espejo demasiado ancho del lado derecho y debajo de él había tres lavabos con puertas blancas.

—¡Wow!—dijó Aliyah con los ojos abiertos —. Es más grande y hermoso de lo que creí.

—¿Por qué hay tres duchas? —preguntó Daniela.

—Supongo que tendremos otra compañera.

... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...

—¿Así que tu segundo nombre es Aliyah?—preguntó Daniela, después de media hora de haberse bañado y salir del baño con dos toallas, una enrollada en la cabeza y la otra al rededor del cuerpo, abrió el cajón que tenía a lado de su cama y se vistió con un pans negro y una playera gris estilo camuflaje.

—La verdad es que no—le confesó.

—¿Entonces por qué mentiste?

—Pues... Si te soy honesta, ese nombre me gusta—se encogió de hombros—. Llámame Aliyah cuando estemos entrenando y eso, pero dime Daniela cuando estemos solas, por lo menos en lo que me acostumbro al otro.

Daniela asintió colocándose sus tenis blanco.

Tenia muchas dudas en la cabeza, quería saber si por lo menos seguía en su país, si algún día volvería a ver a su familia, si saldría de ahí, pero no sólo eso, si no que pasaría si no logra salir adelante, si la amenaza de Jane se cumpliría, si sus compañeras estarán bien, si ella estará bien...

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Hola chic@s, si lo tarde como siempre, perdonen el capítulo, se que esta corto, pero no queria adelantarme a los hecho que ocurrirán en los sig. cap.

😜😜😜

Experimento Secreto (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora