10. Empezar

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—Sophie por favor—suplicó Dalí—. No te vallas.

—Lo siento pequeña, pero me necesitan.

Después de un largo recorrido por el instituto, decidimos quedarnos en la biblioteca, o al menos Dalí y yo, Paola se fue al laboratorio, Diana quiso ir al estudio de música y Arantza se subió a su cuarto furiosa después de haber lavado los trastes a regañadientes.

Sobre mi regazo tenía un libro abierto, llevaba más de media hora tratando de concentrarme en la lectura y no escuchar la pequeña discusión que había entre Sophie y Dalí.

—Pero no es justo—reclamó—. Casi nunca estás con nosotras.

—Lo sé —tomó sus manos tratando de tranquilizarla.

—¿Qué pasará si algo no sale bien o si nos metemos en problemas...?

—Eso no va a pasar, confío en ustedes.

—¿Y si le pasa algo a los chico? ¿Si no sabemos que hacer?—volvió a preguntar desenfrenadamente.

—Son lo suficientemente maduras para controlar lo que pase aquí.

Sonrió dulcemente, acariciándole la mejilla, pude notar como Dalí relajaba los hombros y dejaba escapar un largo suspiro lleno de cansancio.

De repente los ojos de Sophie se llenaron de una chispa de preocupación, girando la cabeza, para después cruzar la mirada conmigo.

—Hannia, ¿Y los chicos?—pregunta.

—En la sala de entrenamiento, creo—susurré lo último regresando mi vista a la página que ni siquiera había tocado.

—Te escuché—acusó—. Ve a buscarlos y traelos, ahora.

Rodé los ojos cerrando el libro de golpe, me paré y cruzé las puertas tratando de llevar un paso rápido, pero no duró mucho, al cerrar las puertas tras de mi choqué con un cuerpo más pesado que yo, me tambalee por unos segundos tratando de mantener el equilibrio.

—Fijate por donde vas—reclamé a un chico de cabello negro, sus ojos eran azules y su piel pálida, llevaba puesta una chaqueja azul rey abierta dejando ver su playera blanca algo desgastada, pantalón negro y tenis del mismo color, con una ligera franja blanca.

—Lo siento—se disculpa encogiéndose de hombros.

—¿Donde están los demás?—pregunté sería.

—No lo sé, los he estado buscando, pero me perdí.

—Genial—respondi irritada.

Metí la mano en mi bolsillo izquierdo, sacando un paquetito pequeño de plástico, abrí la tapa y tome una "gomita" transparente, comencé a caminar de nuevo por el pasillo mientras la colocaba en mi oído izquierdo.

El chico iba a unos metros tras de mi, mirándome confundido.

—¿Qué es eso?—pregunta después de unos segundos.

Comencé a subir las escaleras ignorando su pregunta, donde quiera que estén los chicos no pudieron haber llegado muy lejos, llevé una mano a mi oreja izquierda haciendo una leve presión.

—Paola necesitó que me des la ubicación de los chicos ahora—pedí llegando al ultimo escalón y volviendo a caminar, hasta llegar auna puerta color chocolate, la perilla era dorada casi igual a las otras, sólo que esta tenía escrito con plumón permanente "1D" con un corazón en la esquina, aún no sé que le ven a ellos, a parte de que todo mundo dice que son perfectos, que son lo mejor y sus canciones son lo máximo, y debo admitirlo, se me pega una que otra.

Experimento Secreto (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora