12. Desprecia regalos.

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-Paola esto es una mala idea, lo sabes ¿verdad?

-Tanto como que hayas traído tacón.

Bajé la mirada, traía unos tacones de aproximadamente 7cm de alto.

Suspire, llevabamos más de media hora en el edificio, mientra yo "vigilaba la puerta", Paola buscaba en la oficina en la que ayer había encontrado los archivo que no deberían estar ahí.

-Nada-salió de la oficina-. No hay nada, como si se los hubiera tragado la tierra.

-Bien, salgamos de aquí.

-¿Tan natural lo dices?

-¿Qué quieres que haga? No tengo magia para reaparecerlos.

Miró al suelo pensativamente por unos segundos.

-Podriamos dar una pequeña vuelta-sonrió-. Ver en las otras "oficinas", ¿Qué te parece?-. Sonríe ampliamente.

Imito su acción.

-Me parece una estúpida idea-. Desvanezco la sonrisa de mi rostro.

-Oye-reprocha-. No pienso quedarme de brazos cruzados sabiendo que hay información de nosotras.

-Bueno, yo tampoco pienso hacerlo, pero no voy pasear como si nada por un edificio supuestamente abandonado en el que podemos morir por no venir acompañadas, pero gracias por la oferta-Me cruzo de brazos.

-Hemos hecho misiones mucho más complicadas que esta, ¡Y solas! -esta enojada, su rostro me lo indica lo que por alguna razón me causa gracia, guarda silencio esperando una respuesta que no llega-. Bien, lo haré yo sola.

-Ok, te espero en el auto.

Me despego de la pared en la estaba recargada y camino a las escaleras, este lugar no me gusta para nada, si mi querida amiga quiere pasear un rato esta bien, yo estoy cansada y solo quiero llegar a casa.

Lo próximo que siento es mi querida espalda-ahora partida a la mitad-chocar contra el frío piso seguido de mi cabeza.

Un gran zumbido se hace presente en mis oido, me siento mareada y adolorida pero sobre todo me siento confundida.

Abro los ojos lentamente, mi vista es algo borrosa y oscura pero logro ver a Paola tomar uno de mis pies y trapear con mi espalda el suelo dejándolo ahora limpio.

Parpadeo un par de veces para poder acoplar mi vista a lo que esta sucediendo. En este momento estamos en el pasillo de las escaleras que apenas es iluminado, me incorporo lo más rápido que puedo llevándome una mano a mi cabeza que todavía sufre de un fuerte dolor.

Giro la cabeza para ver directamente a mi amiga, estaba recargada en la puerta, sus dos brazos extendidos sobre esta impidiendo el paso del otro lado.

-Hija de...

-No estamos para esto, Hannia-ahora recarga su espalda en ella y saca una de sus pistolas. La carga.

Me levanto completamente del suelo la observo dudosa.

-¿Qué fue eso?

-Casi mueres, idiota.

-¿Pero era necesario tirame?-sobo mi cabeza.

-Gracias a MI estas viva, maldita garlopa, era tirarte o ver entre tus cejas un lindo hoyo sangrante.

-Pues a si como lo dices no suena mal.

-Callate y ayudame a trabar la puerta, no podemos quedarnos más aquí.

¡Si! ¡Si! ¡Si! Brinca mi interior con gran felicidad. Por fin... Irnos de aquí perseguidas por maliantes, que mejor despedida.

Experimento Secreto (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora