La emboscada.

La búsqueda

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Hall, de la celda de aislamiento es trasladado a la faena, donde le tocará limpiar los pasillos y los cuartos de servicio del pabellón. En esta actividad logra limpiar su herida con productos de limpieza, por suerte es solo un raspón. 

Equipado de un balde y mopa comienza el aseo, los reos están aún en el patio a punto de ser recogidos y comience la cena. Entre los pasillos se encuentran rejas que aíslan espacios, confinan a modo de puerta esclusa, pero para esa hora, las mismas están abiertas para facilitar el aseo. 

Extrañamente se percata que es el único que ejecuta la tarea de limpieza, pero decide no prestarle atención cuando escucha el cierre de una reja muy cercana a él. La que a duras penas había acabado de cruzar, fue cerrada a sus espaldas por dos guardias uniformados que lo miraban sonriendo, Hall temía que se trataba de una trampa, por lo que decidió emprender la huida en sentido contrario logrando cruzar cerca de un cuarto de faena y entrando en la oscuridad, detrás no muy distante se escuchaban pasos eufóricos persiguiéndolo, no son los guardias, son dos reos que lo persiguen, los guardias están aliados para bloquear y asegurar la cacería de Hall, pero al pasar frente al cuarto de faenas a toda velocidad, el primero de los dos reos que corría cayó al suelo de espaldas golpeado por una mopa que sale del cuarto de faenas sacudida por Hall, en la caída y ya en el suelo recibió una patada descomunal en el oido, tan potente que la cabeza parecía desprenderse del brusco movimiento.

El Segundo individuo que venía a corta distancia del primero se topó de frente a Hall debió detener si carrera de manera abrupta y sorprendido ya que lo que menos esperaba era conseguirlo frente a el los dos solos. 

- Debí imaginarme que serías tú quien pretendía venir por mí, el carroñero Conaway. - le dijo Hall al reo que un par de años atrás encerró, mientras en guardia se le acercaba. - Parece que la paliza que te di aquella noche de redada de donde te saque no te bastó y vienes por más - 

Conaway no dijo palabra solo soltó un bramido mientras se abalanzaba sobre Hall quien por su parte recibió el peso de su cuerpo dejándose caer hacia atrás con él mientras lo tomaba por la camisa,  en el suelo y por la misma inercia lo abalanzó hasta quedar de espaldas al piso proyectado detrás de él. Cuando en un salto atrás se colocó sobre Conaway y plantando con el codo derecho un atestado golpe con todo el peso de su cuerpo, tal vez uno bastaría para hacer sangrar a Conaway y mantenerlo en enfermería durante dos días, pero extendió su reposo a una semana de las cuales tres días fueron inconsciente y necesitaría una operación para que los cartílagos de la nariz no se los trague. 

Sin levantar la cabeza solo espero el jalón de los guardias para llevárselo, seguramente a la celda de aislamiento. 

Por sorpresa, estaba en la sala de requisa de entrada donde le dieron un sobre con sus cosas y le dijeron, estas libre, te esperan en la salida, sigue el protocolo.
Luego de pasar dos puertas metálicas y una última puerta tipo esclusa, en la parte exterior del penal estaba el Lincoln gris aparcado, de inmediato Hall supo que Graham acudió a su llamado y mejor aún, que McRoy no le falló en su cometido, aunque quedo claro que fue un favor personal. Pero para sorpresa de Hall al abrirse la puerta trasera del Lincoln salió del vehículo McRoy. 

- Teniente, juraría que está más coqueta que ayer y que ha pasado mucho tiempo desde la última vez que la vi - La verdad es que fue una absoluta sorpresa ver a la teniente allí cuando tan convencida de las acusaciones y en tono recriminatorio le decía a Hall que estaba detenido por sospecha de asesinato y secuestro.