La emboscada.

Pérdida de la confianza

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Pasado los días, recibe la llamada esperada del general McRoy, nada contento considerando que estaba en manos de Hall su destino por segunda vez, solamente que esta vez estaba fuera del alcance militar y la única manera de controlarlo sería fuera del brazo de la ley, sacarlo del camino definitivamente, pero con el expediente en su poder y en conocimiento de varias personas sería muy evidente quien es el responsable si eso ocurre, por ello, debería ser cauteloso y sacarlo haciendo parecer otra la situación.

- Tiene en sus manos el expediente, pero aún le faltan piezas para armar el rompecabezas, con lo que tiene puede iniciar el proceso, pero no es sólido, tendrías años antes que se cierre un juicio con sentencia y culmine una investigación a fondo - Le dijo al general.

- Colabora y lo tendremos fuera del camino pronto, espero el parte y que no sea muy tarde para entonces, hace rato, a estas alturas, tu estás en esto tanto como nosotros - Cerrando la llamada.

Esa noche Hall durmió tan profundo como hace años no lo hacía, las pesadillas y el insomnio parecía ser amigos lejanos cuando cayó en ese profundo sueño, como si por fin pudiera sostener una balsa en medio de una tempestad y poder llegar a tierra firme sin darse cuenta. cuando despertó y abrió los ojos McRoy estaba sentada en la cama mirándole tiernamente, como disfrutando observarle en reposo. - Buenos días Sebastián, el desayuno está casi listo - Le dio un beso suave en los labios del aún adormecido Hall y se levantó en dirección a la cocina, desde donde salía un delicioso aroma a café mezclado con tocino, llevaba una camisa de Hall abotonada, tan solo y simplemente eso, no necesitaba nada más, con esa imagen Hall logra despertar totalmente de su sueño profundo y se dispuso a reponerse, atraído por el aroma y el aspecto de aquella preciosa joven.

Esa mañana aunque aún bastante relajados, tomaron el desayuno juntos sin mucha prisa, tomaron una ducha y se vestían para dirigirse a la comisaría de policía.

- Necesito que usemos tus influencias de Federal Cindy, presiento que su instinto paternal por ser líder de la fuerza la brigada especial hará que Ashbil tenga dudas respecto a indagar y comprar las evidencias encontradas en el edificio adjunto al hospital - Le comentaba Hall a McRoy mientras se vestía.

- Te entiendo y tienes toda la razón, no entorpecerá pero está convencido que su personal es de extrema confianza y no serían capaces de involucrarse en algo así - Apenas terminó la frase y sonó el timbre de la puerta. Ya listo Hall se dirige a la puerta y con el arma detrás abre ligeramente cuando sintió un frío en el cuerpo, pero no pudo resistirse a abrir la misma, no había motivos para no hacerlo.

Tenía frente a él a Alisson Clark, su cara enrojecía de verguenza cuando Alisson lo saludaba y a la misma desde la habitación se escuchó la dulce voz de McRoy - ¿Quién está en la puerta Sebastián? - A la vez que acto seguido salió aunque lista aún terminando de arreglarse. El silencio se apoderó de todos y las miradas se congelaron brevemente hasta que Alisson rompió el silencio entre titubeo - Veo que están ocupados aún, mejor los espero en la cafetería de la esquina - y dio un paso atrás abriendo la puerta y salió.

Aún sin muchas palabras ambos observaban la puerta y lentamente Hall se volteó a ver a McRoy - Estoy listo, cuando quieras -.

Mientras caminaban por la acera, con paso constante pero sin mucha prisa, camino al café, tomó el teléfono y llamó a Ashbil.

- Buenos días Jhon ¿qué me tienes ? - Le preguntó Hall, con el alivio típico de una persona que está confiada en su apoyo y seguro de tener siempre una respuesta.