Ya habían pasado tres días desde que Yuri y su abuelito habían llegado a Hasetsu. En ese corto período de tiempo, los niños que compartían nombre se habían vuelto muy buenos amigos, incluso se habían propuesto enseñarle su idioma al otro.
Y justamente estaban en eso; Yuuri le enseñaba a Yuri a presentarse y a preguntar "¿Cómo está, XXX-sama, san, kun, chan?"; cuando llegó la madre del japonés a avisarle que tenía visita.
-¿Quién es mami? -Preguntó Yuuri, confundido. Tenía muy pocos amigos y la mayoría eran hijos de gente que se había venido a hospedar al onsen y que por lo tanto, eran turistas. Excepto por su mejor amiga Yuko, ella también vivía en Hasetsu, pero estaba de vacaciones en Tokio.
-¿Quién crees que sea, cariño? -Preguntó Hiroko, dulcemente.
Yuuri lo pensó un par de segundos, y al tener una magnifica idea, sus ojos color chocolate se iluminaron.
-¡¿Mari nee-san?! -Dijo emocionado. Yuri miraba la escena de su amigo y su madre, un poco molesto, ya que odiaba no entender nada de lo que estaban hablando. Quería saber qué era lo que ponia tan feliz a su cerdito.
Hiroko sonrió tenuemente, y luego negó con su cabeza.
-Mari llegará la semana entrante.
Yuuri hizo un puchero.
-¿Quién entonces?
Y de pronto, una figura pequeña y veloz se lanzó contra Yuuri, rodeándolo con delgados y cariñosos brazos.
-¡Soy yo, Yuuri! -El castaño abrió los ojos sorprendido y totalmente emocionado.
Correspondió el abrazo de su amiga, que escondía su rostro en su hombro.-¡Yuko-chan! -Gritó. Hiroko rió levemente antes de salir de la habitación de su hijo menor.
Mientras tanto, Yuri miraba la escena con un tic en la ceja.
¿Quién era esa niñita tonta que osaba quitarle la atención de su cerdito? ¡Le pegaría un chicle en el cabello!
Le rompería sus muñecas, le destrozaría su peluche favo...Todos los planes macabros que llenaban la mente del pequeño ruso, se detuvieron apenas los lindos y brillantes ojos de la niña se posaron en él.
-¡Oh, Hola! -Dijo Yuko.
Y el pequeño mundo de Yuri se detuvo. Nunca había visto a una niña más bella.
Inmediatamente sus mejillas se sonrojaron.
-H-Hola... -Recordó apenas lo que Yuuri le había enseñado hace un rato. -Soy... Yuri Plisetsky.
-¡Yuko! -Dijo la niña, soltando a Yuuri y haciendo una reverencia para el rubio. -¡Mucho gusto!
Y así fue como Yuri quedó prendado de su primer amor, a los cinco años.
Cosa que aún no cambiaba, a pesar de que hubieran pasado ya diez años.🌸🌸🌸🌸🌸🌸🌸🌸🌸🌸
-¡Oye, tú! ¡Suéltame!
Yuuri se hartó de que el chico albino no lo escuchara. Usó lo último de oxígeno de sus pulmones para darle una escueta orden en ruso.
-¡Uwahh! ¡Amazing! ¡Sabes ruso! -Gritó el chico, y por fin lo soltó. -¿Cómo sabes? ¿Yuratchka te enseñó?
Yuuri pestañeó repetidamente, y alzó ambas cejas en señal de incredulidad.
-¿Conoces a Yura? -No pudo evitar sentir un pinchazo de dolor en su pecho al nombrar al rubio.
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Celos Delatores
FanfictionYuri estaba completamente enamorado de su amiga japonesa Yuko. O eso creía, hasta que una serie de sucesos lo llevaron a darse cuenta de que la verdadera persona que amaba, estaba más cerca de lo que creía, ¡Y siendo acosado por Viktor! ¡Estúpido...