Luego de su muy breve conversación, ambos se quedaron en silencio. Pasaron más de diez minutos sin decir nada o mirarse, ambos concentrados en los recuerdos que les traían las personas cuyos nombres estaban escritos en las tumbas frente a ellos.
Viktor suspiró y decidió que era hora de volver a casa. Tenía que repasar los apuntes que tenía para no llegar tan perdido a las clases de la Universidad; además, estaba empezando a helar demasiado.
El de cabello gris se preguntó si debía despedirse del chico o no. Al final optó por hacerlo, ya que el desconocido lo había ayudado desinteresadamente.
-Me voy a casa. -Dijo en voz baja, un poco nervioso. -Gracias, otra vez. No sabe cuánto significó para mí que hablara conmigo hace un rato.
-No hay de qué. -Fue la seria respuesta que recibió. -Tenga cuidado.
-Igualmente.
Viktor sonrió un poco antes de comenzar a caminar lejos de las tumbas de sus tíos y del chico. Cuando se había alejado más de diez pasos, la curiosidad y un impulso hicieron que gritara:
-¡¿Cuál es su nombre?!
El desconocido por fin giró hacia él, pero con la nieve cayendo con tanta fuerza, Viktor no pudo ver gran cosa.
-¡Christophe! -Gritó en respuesta. Viktor sonrió alegremente por primera vez en días.
-¡Yo soy Viktor! -Gritó el de cabello gris, agitando la mano en gesto de despedida.
Y parecía que el día comenzaba a arreglarse para él, porque no tuvo que esperar más de treinta segundos para que el bus que lo llevaría a casa aparcara frente a él.
En todo el camino, su sonrisa no desapareció. Se sentía ligero y con ganas de hacer muchas cosas.
Porque amar a Yuuri jamás sería un error. Gracias a Christophe lo había entendido.
Sería divertido verlo de nuevo. Pensó.
Cuando Viktor llegó a casa, Sasha y Jean se dieron cuenta de que su hijo se encontraba de mejor ánimo, por lo que decidieron celebrarlo invitándolo a comer a un restaurante suizo, Giacometti's.
Ahí disfrutaron de una buena velada, donde sintieron que tenían a su hijo de regreso. Y esperaban que siguiera así, tan optimista y feliz.
Los días pasaron muy rápido entre estudiar y ayudar en casa, por lo que Viktor ni siquiera se dio cuenta cuando ya estaba caminando hacia la Universidad un día lunes, muy temprano en la mañana.
😊😊😊😊😊😊😊😊😊😊
El fin de semana había acabado de nuevo, demasiado rápido, por lo que los Yuris caminaban tomados de la mano hacia la Preparatoria de Hasetsu.
-¿Qué crees que dirá Yuko cuando le digamos? -Preguntó Yuuri, sonriendo al sentir que Yura acariciaba la palma de su mano con su dedo pulgar.
-¿Cuándo le digamos qué? -Yuri giró la cabeza hacia él y alzó una de sus perfectas cejas rubias. Para Yuuri el ruso no podía verse más hermoso y... sexy poniendo esa expresión.
-Que estamos juntos. -Dijo el japonés, sin perder su sonrisa. Yuri sonrió al oirlo decir aquello.
-¿Y desde cuándo que estamos juntos? -Dijo con una sonrisa socarrona. Y Yuuri entendió lo que el rubio quería decir.
Desde que se habían confesado, se habían abrazado, besado y cogido de la mano como si fueran novios, sin embargo, su relación no había cambiado de nombre.
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Celos Delatores
Fiksi PenggemarYuri estaba completamente enamorado de su amiga japonesa Yuko. O eso creía, hasta que una serie de sucesos lo llevaron a darse cuenta de que la verdadera persona que amaba, estaba más cerca de lo que creía, ¡Y siendo acosado por Viktor! ¡Estúpido...