Celos Delatores

Capítulo 19

Cuatro meses después

Yuuri se encontraba caminando hacia la biblioteca de la Universidad. Necesitaba buscar algunos libros para tener referencias para un trabajo que debía entregar en dos semanas. No quería sólo información de internet.

Estaban ya a 5 de noviembre y el clima comenzaba a ponerse frío, por lo que Yuuri llevaba una bufanda azul en su cuello y un abrigo gris abotonado hasta el cuello. Todavía el frío no era suficiente para ponerse guantes, o gorro.

El castaño llevaba puestos sus auriculares y la música sonaba en sus oídos a un volumen agradable. Mientras caminaba, con su bolso cruzado, sintió una mano en su hombro. Inmediatamente giró la cabeza hacia la izquierda y se encontró con los ojos oscuros de Seung Gil Lee, uno de sus compañeros de curso y su único amigo en la Universidad. El chico era coreano, pero hablaba japonés e inglés perfectamente. Incluso en sus tiempos libres le enseñaba coreano a Yuuri.

-Hey. -Saludó, con su habitual expresión serena y seria. -¿Vas a la biblioteca?

-Sip. -Yuuri le regaló una pequeña sonrisa. -Iba a buscar algunos libros que sirvan para nuestro informe.

Lee soltó una pequeña risa.

-Yo venía a lo mismo. -Dijo. -Oye, Katsuki. Luego de que busquemos información, vayamos por unas malteadas. -Sugirió.

-Me parece bien. -Asintió el de anteojos. -¿Te parece si luego vemos una película?

-Eso estaría bien. -Seung se encogió de hombros. -¿En mi casa o en la tuya?

-Si quieres podemos ir a la mía. Puedes quedarte a dormir. -Ofreció Yuuri. Estaba bien hacer planes para relajarse ese día, pues era viernes y esa semana habían tenido tres exámenes.

-Cocinaré para tí. -Sonrió el coreano. Yuuri correspondió el gesto.

-Me gusta la comida coreana. -Añadió, sin perder su sonrisa. Para ese punto de la conversación ya habían llegado a la biblioteca. -Entonces... deberíamos ir al supermercado antes de ir a mi casa.

-Sip. Hay unos cuantos ingredientes que necesito. -Dijo el de cabello oscuro, mientras caminaban hacia una mesa y dejaban sus cosas. -Yo buscaré por allá. -Señaló las estanterías de la izquierda.

-De acuerdo. Yo iré por allá. -Yuuri señaló el lado derecho. Se sonrieron una vez más antes de ir cada quién por su lado.

Mientras el de anteojos se dedicaba a buscar cualquier tipo de libro o documento relacionado con pensamientos y comportamiento los niños y adolescentes; su celular comenzó a vibrar en su bolsillo. Distraídamente Yuuri sacó el objeto de su chaqueta y contestó sin mirar quien era.

-¿Hola? -Preguntó con voz suave.

-Katsudon. -Respondió la voz al otro lado de la línea. Yuuri sintió que su corazón comenzaba a latir alocadamente mientras sus mejillas se sonrojaban y una alegre sonrisa se formaba en sus labios.

-¡Amor! -Saludó, feliz. -Ya te extrañaba. -Dijo, sacando un libro y mirando atentamente las páginas.

Su sonrisa se amplió al oír la risa de su pequeño novio.

-Solo han pasado un par de horas desde que hablamos. -Dijo el rubio. -No te comportes como una niñita, cerdito.

-Sin embargo, quien llamó fuiste tú, Yurio. -Canturreó.