Capítulo 17

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Esa mañana Yuri se despertó media hora más temprano de lo que usualmente hacía para ir a la preparatoria, a pesar de que había salido ayer de vacaciones.

La razón era que hoy Yuuri y todos los de su grado harían sus exámenes de ingreso para la universidad. Por eso, Yuri quería prepararle el desayuno a su novio y darle una agradable sorpresa (había hecho el primer pastel de su vida con ayuda del abuelo sólo para que Yuuri estuviera feliz).

El rubio fue al baño y se lavó los dientes y la cara antes de bajar sigilosamente las escaleras para ir a la cocina y comenzar a hervir agua para hacerle un café a Yuuri.

Él no quería hacerle un desayuno al estilo japonés. Con arroz o sopa. Quería hacer algo más al estilo americano, con fruta, café y tostadas. Bueno, y en este caso, pastel.

Quería que su Katsudon estuviera feliz y contento antes de ir a rendir su exámen.

Mientras el agua hervía, preparó las tostadas y puso un trozo de pastel en un plato pequeño. Luego cortó manzana, pera y kiwi para hacer una ensalada de frutas, después les puso crema encima.

Finalmente preparó dos tazas con café y sirvió dos vasos con jugo de naranja. Puso todo en una bandeja y subió con mucho cuidado las escaleras.

Entró cautelosa y silenciosamente a la habitación de Yuuri, quien seguía durmiendo. Aún quedaban cinco minutos para que su despertador sonara, pero Yuri decidió apagar el objeto y despertar él mismo a su novio. Dejó la bandeja en la mesita de noche y se sentó junto a Yuuri.

Comenzó acariciando el cabello y las mejillas de su novio, luego se inclinó sobre Yuuri y le besó la frente, la nariz, las mejillas y los labios mientras susurraba:

-Despierta, Katsudon. -Siguió la misma rutina de besar y acariciar cuidadosamente a su novio por dos minutos más hasta que el chico despertó. Por las caricias y por el exquisito olor a café y a tostadas.

-¿Y-Yura? -Susurró, adormilado y con un solo ojo abierto. Yuri sonrió con las mejillas sonrojadas y asintió.

-Despierta, Katsudon. Hoy es el gran día. -Le dijo sin perder su sonrisa. Yuuri sintió que en ese momento se volvía a enamorar de Yuri. -Te hice el desayuno. -Informó con una sonrisa orgullosa. Yuuri finalmente logró abrir ambos ojos y alejar el sueño de su cuerpo, mientras giraba la cabeza hacia su mesita de noche y veía la bandeja llena de comida.

-Yu-Yuri... -Susurró, sintiendo que su corazón se oprimía en su pecho por tantos sentimientos juntos. Por lo mucho que amaba a Yuri. Además, sus ojos se llenaron de lágrimas. -Yura... -Su voz se quebró.

El rubio lo abrazó brevemente.

-No te pongas sentimental, cerdito. Vé a lavarte los dientes para que comamos. Luego te bañas. -Dijo mientras acariciaba la espalda de su lloroso novio.

Yuuri asintió y rápidamente se levantó de la cama para dirigirse a su baño privado. Volvió luego de aproximadamente dos o tres minutos. Para ese entonces, Yuri ya estaba debajo de las mantas esperándolo.

El castaño se sentó al lado de su novio con una hermosa sonrisa. Yuri se sentía muy feliz, las cosas estaban saliendo bien. Yuuri parecía relajado y feliz. Tal como él quería que se sintiera.

-No quería que desayunaras lo mismo de siempre. -Comentó Yuri, entregándole una de las tazas humeantes. -Así que hice un desayuno americano. Y... también hice esto exclusivamente para tí. -Dijo, señalando el trozo de pastel. -El abuelo me ayudó un poco, pero la mayoría lo hice yo. Espero... que te guste, Ka-Katsudon... yo... lo probé y no morí, así que... -Para ese punto, sus mejillas estaban totalmente sonrojadas y Yuri ya no era capaz de mirar a su novio, quien tenía la más grande sonrisa en su rostro.

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