Capítulo 12:

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- ¡Hola, hermano! ¿Cómo estás?

- ¡Flavio! Todo está bien por aquí, ahora decidí quedarme un tiempo en Francia.

Su hermano mayor se quedó atónito con la noticia; ya se imaginaba lo que estaba por venir.

- ¡Silencio! No me digas que...

-Sí, estoy aquí, en París, con nuestra cuñadita.

- ¡Samuel, quiero que me escuches! Si la llegas a lastimar te la verás con todos acá; en Houston, ya que estás allá nos la cuidas... ella podrá tener toda esa coraza por fuera, pero por dentro, vale la pena conocer y mejor que la sepas valorar.

Samuel se mantuvo, un buen rato, procesando la declaración de su familiar, sabía qué; en un principio, el plan de Flavio era conquistar a Andrea y el de él era quedarse con Irina.

-No te hagas la historia en tu cabezota, yo sé eso porque Irina y Sofia nos mostraron la belleza interior de su hermana.

- ¡Ya lo sé! Además, también vine aquí por trabajo y para protegerla de cualquier basura.

Flavio no quedó, muy convencido con esa respuesta, las intenciones de su hermano quedaron claras desde su partida hacia el continente europeo, pero no se esperó que sus acciones serían continuas; yendo a un país vecino, para después trasladarse hacia donde se encontraba la muchacha.

-Bueno, sólo espero que la puedas conquistar. - Flavio cortó la comunicación, dejando a un Samuel impresionado por su confesión.

- ¿Cómo sabe lo que voy hacer? - el joven se rascó la cabeza, cerrando así el celular.

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-Alejandro, mi amigo, no te preocupes. Yo... - puso su mano derecha en su pecho; cerca del corazón- ¡Yo te voy a pagar lo que te debo!

Alejandro dio la vuelta alrededor de su escritorio, para intimidar a su contrincante, el cual se consideraba su amigo, por prestarle en el pasado, una cuantiosa suma de dinero, donde en esos instantes requería con urgencia.

- ¡Estoy endeudado! ¡Lo necesito, ahora! Encima no pude sacarle guita a una deliciosa muchacha porque se apareció el bestia de su novio.

- ¿Quiénes son?

-Andrea Del Junco y Samuel Gallardo. - pronunció los nombres con pesadez.

De inmediato, su interlocutor se paró en seco, se quedó unos segundos estático en su lugar, helado por la noticia, no se esperaba volver a escuchar esos nombres en su vida. Creyó dejar esa historia, pisada y olvidada, en su baúl de fracasos, pero la vida le estaba ofreciendo una nueva oportunidad.

- ¿Qué te pasa? – Alejandro pasó una mano frente a su rostro.

- ¡Los conozco! Yo te voy ayudar a sacarles dinero y de paso te pago lo que te debo, así también me puedo quedar con algo.

El señor Guanipa no pensó qué; Andrea Del Junco y su noviecito, estuvieran metidos en asuntos oscuros y relacionados con mafiosos.

- ¿De dónde los conoces? – la curiosidad lo estaba marginando y quería matar, a toda costa, su ignorancia sobre el pasado del allí presente.

- ¡Eso no importa! Pero dime, ¿aceptas o no?

-Está bien...

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Llegada la noche, Samuel se encontraba reposando en sus aposentos. Cuando sonó, de vuelta el celular por enésima vez, muy fatigado agarró el aparato de la mesita de luz y contestó con poca paciencia.

- ¿Qué quieren?

-Señor Gallardo, me temo informarle que las cosas se complicaron.

- ¿Cómo? – preguntó levantándose, de un salto, de la cama.

CONTINUARÁ...


Envolviéndome en tus brazosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora