Ƹ̴Ӂ̴Ʒ : Capítulo 1

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Ƹ̴Ӂ̴Ʒ  Capítulo { 1 } Ƹ̴Ӂ̴Ʒ 

 Birdy

Sus pensamientos flotaban dentro de su mente mientras yacía en la cama, al lado de Martín. Los dos se quedaron callados y lo único que hacían era mirar el techo de la habitación de Birdy, como si eso fuese la respuesta a todas las preguntas.

Las cortinas blancas se hallaban igual de tranquilas que ellos, el viento no parecía querer hacerse notar entre tanto silencio, pero Martín sí.

—¿Qué perfume llevas?

—No lo sé, es uno de mi madre.

—Me gusta, deberías ponértelo más.

—¿A qué huele?

—A ti —le respondió Martín, y cuando Birdy giró su rostro, se encontró con la mirada de su amigo.

—¿Y yo a qué huelo? —le preguntó curiosa.

—A pedos —soltó entre risas Martín y su futura esposa le pegó en el estómago. Abandonó las sonrisas y clavó sus ojos azules en ella—. Mentira… Hueles a días de lluvia.

—¿A días de lluvia? —preguntó nuevamente y él asintió.

—Justo como hoy.

La puerta se abrió y del susto, Martín no pudo evitar caerse de la cama y Birdy se acomodó rápidamente para que no la encontrara acostada en la cama. No era nada más que la madre de Birdy con la merienda, que consistía en dos tazas de café y miles de galletas. A diferencia de su hija, llevaba una hermosa melena pelirroja y traía consigo unos enormes y escandalosos ojos verdes. Todos podían adivinar a primera vista que aquella mujer, sin duda no se encontraba soltera.

—Les dejaré esto por aquí…Por cierto chicos, ¿qué es lo que están haciendo? —preguntó confundida al ver al amigo de su hija tirado en el suelo.

—Está buscando algo que se me perdió, muchas gracias y vete por favor —la echó Birdy todavía sonrojada.

La mujer los miró con picardía y con una leve sonrisa que le advertía a su hija de no hacer cosas extrañas. Entonces los saludó y cerró la puerta para dejarlos por fin solos.

—No es como si estuviésemos haciendo el amor, ¿o sí? —admitió Martín mientras se levantaba del suelo. Como respuesta, Birdy le lanzó un almohadón.

—¿Qué harías si te encontrarás a tu hija con su mejor amigo acostados en la cama? —le preguntó colorada aunque ya sabía su respuesta.

—Pues la obligaría a dormir en el piso a partir de ese día —le contestó y ella no pudo evitar reírse—. Igualmente, solo estábamos acostados mirando el techo… Oye, ¿por qué no nos sacamos una foto?

—¡NO! ¡Fotos no!

—¿Ah? ¿¡Por qué no!? ¡Antes amabas sacarte fotos!

—Con mi cámara no… No tiene batería.

—Espera… ¿Te has sacado fotos eróticas? —preguntó ansioso y corrió a tomar la cámara. Birdy no tardó en interponerse en medio.

Los dos estaban demasiado cerca para sus pobres corazones. Birdy se quedó petrificada en su lugar, las piernas le temblaban de lo cerca que estaban sus rostros.

Su corazón latía rápido, muy rápido.

—V-vete… —consiguió decir con la vista baja.

—¿Por qué quieres que me vaya?

—Solo vete… —no se le ocurrió otra cosa que empujarlo afuera de su habitación y de encerrarse con llave. Los golpes que causaban el puño de él eran tan ruidosos como la vecina de al lado y su música a todo volumen. Juntó aire y tomó la cámara para ver las fotos.

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