Ƹ̴Ӂ̴Ʒ Capítulo { 5 } Ƹ̴Ӂ̴Ʒ
Birdy
(Ésta es una nueva versión ya que me pareció que el anterior capítulo 5 era muy confuso como para entender :)
No pudo evitar abrazarlo cuando lo vio abrir sus ojos, la piel de Oliver se había vuelto tan pálida que por un momento había temido que él hubiera decidido suicidarse. Le tocó la frente y colocó un trapo húmedo para bajar la fiebre.
—¿Qué ha pasado?
—Te he seguido hasta tu casa y cuando entré te vi desmayado en tu habitación —le contestó con una leve sonrisa—. ¿Cómo te sientes, Oliver?
—La cámara que dice nuestro futuro… ¿La cámara está rota? —respondió jadeando y trató de acomodarse en la cama.
—Es ésta tu cámara, ¿cierto? He observado las fotos así que mientras dormías me entretuve con ella —dijo y le mostró el aparato que se encontraba en perfecto estado. Oliver dejó escapar un suspiro.
—Entonces… Todo fue una pesadilla.
—¿De qué hablas?
—Nada. Solo me duele la cabeza.
Birdy lo miró y supo que algo no estaba bien. Oliver se acercó y la tomó del brazo para luego atraerla hacia él. Birdy, sonrojada, trató de quitarse de las manos de su nuevo amigo.
—Oliver, tienes que descansar…
Y entonces él colocó la palma de sus manos sobre la mejilla de Birdy y cortó la poca distancia que había entre ellos con un beso.
—Birdy… Yo ya no entiendo nada… Pero lo único que sé es que te quiero —comenzó a decirle entre sollozos mientras se aferraba a ella como podía.
—Oliver… Yo realmente lo amo a él. Yo estoy enamorada de Martín, de mi mejor amigo…. —le respondió Birdy, tratando de explicarle en la mejor forma que no sentía lo mismo.
—¿Y nuestro futuro?
—Yo deseo estar a su lado…
Birdy se levantó de la cama al notar que la puerta se abría, Martín entraba a la habitación con una bandeja con comida. Cerró la puerta con el pie y apoyó la bandeja en la mesita de luz.
—Espero que no te moleste, le he pedido que me venga a ayudar…
La expresión que yacía en el rostro de Oliver no era nada parecida a la que había visto antes. Juntó aire y los observó a los dos.
—Puedes comer solo, ¿no? —le preguntó Martín—. He encontrado un solo vaso, los demás los has roto. ¿No te has cortado?
—Puedo hacerlo solo, gracias. ¿No tienen el instituto?
—Sí, justo ahora nos íbamos. Adiós, Oliver… —susurró incómoda y luego salió casi corriendo de la casa.
Martín le regaló un fuerte abrazo mientras caminaban hacia el instituto. Jamás podría amar a Oliver tanto como lo quería a él, ella realmente deseaba estar con su amigo.
—¿Se sentía mejor? Me observaba de forma extraña —Martín rompió el silencio.
—Seguramente solo necesite descansar —le respondió.
El joven de ojos azules le sonrió y luego dejó de caminar. Birdy lo observó, curiosa de sus movimientos.
—Birdy, escuché de que ustedes hablaban de una cámara y de un futuro…
—¿Tu escuchaste?
—En mis manos yo solo tengo videos…
—¿Videos?
—Las muertes de diferentes personas…
—¿Muertes? ¿O sea que puedes ver cuando mueren?
—Aparecieron en mi celular hace unas semanas atrás, solo duran unos pocos minutos, y hasta a veces segundos.
—Qué horrible, Dios mío.
—Te lo quiero contar porque además de poder ver la muerte de la madre de Oliver. También pude observar tu muerte.
El corazón de Birdy comenzó a inquietarse.
—¿Mi muerte? ¿Qué dices?
—Eres asesinada por ese chico albino, Birdy —le comentó con voz estrangulada—. Él te asesinaba…
—¿Oliver…?
—Debes alejarte de ese chico, Birdy —Martín la tomó de los hombros y enfocó su mirada en ella—. Por favor, te lo ruego.
Su mente crujió de tantos pensamientos, ya no sabía qué imaginar, ni siquiera que Oliver sería capaz de hacer algo como eso. Él la quería, él no estaba dispuesto a matarla… ¿O sí?
—Déjame verlo —consiguió decir y Martín metió la mano en su bolsillo y buscó su celular. Colocó el video.
Se encontraban solos en el salón de música del instituto, Birdy se encontraba apoyada contra la pared. Oliver la acorralaba con sus besos, y entonces escondió su mano en su bolsillo. Dejó a la vista una cuchilla que luego fue recorriendo el estómago de Birdy.
Lágrimas cayeron de las mejillas de ella. No podía creerlo, se negaba a aceptar que un chico tan amable como él…
—Quédate conmigo, Birdy —le susurró Martín y la consoló—. Quizás no se note pero yo te amo, yo podría protegerte de ese chico. Yo daría mi vida por ti.
—¿Me amas?
—Te amo.
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Mariposas blancas
De TodoBirdy descubre todo su futuro gracias a extrañas fotos que aparecieron en su cámara: conoce al chico con el que se casará, y sabe con qué trabajo ganará un buen sueldo para mantener a sus dos hijas. Con quince años su vida se convierte algo aburrida...