Mariposas blancas

Ƹ̴Ӂ̴Ʒ : Capítulo 6

Ƹ̴Ӂ̴Ʒ  Capítulo { 6 } Ƹ̴Ӂ̴Ʒ 

Oliver

Los pasillos del instituto jamás se sintieron tan fríos para Oliver. Todos los sonidos le irritaban: las carcajadas de los demás estudiantes, las quejas y hasta sus pasos eran una molestia. Pero lo que más detestaba era la felicidad que irradiaba cada uno de ellos, porque podían continuar con su vida normal, porque tenían amigos a su lado. A diferencia de los demás, él solo era un desierto.

Miradas distantes. Sonrisas fingidas. Palabras de alientos de las personas que más odiaba. Toda esa falsedad lo hacía sentir tan diminuto, tan indefenso.

Sus compañeros no sabían como tratar su situación, tampoco sus profesores, y menos él. Oliver sentía que el futuro que poseía quería revelarse contra su persona.

La silla crujió cuando Oliver tomó  asiento en medio de un mar de murmullos; su profesor de literatura no le dijo nada, la persona que se encontraba a su lado como compañero de banco prefirió bajar la mirada y simular que se hallaba corrigiendo su tarea.

Entonces se imaginó una “X” roja en el rostro de su compañero. Dibujó mentalmente otra “X” en la cara del profesor, y así prosiguió con cada uno de los presentes. Porque cada uno era ignorante a su manera, simplemente porque ellos eran falsos.

Y comprendió que todas las personas pueden quedarse a tu lado por un minuto, pero solo un  verdadero amigo se quedará todo el tiempo que lo necesites. Inclinó el rostro y se concentró en esconder las lágrimas con su flequillo, por fin había entendido lo solo que estaba.

Una vez más se sobresaltó al sentir su celular vibrar. Con impaciencia rebuscó en sus bolsillos hasta dar con dicho objeto, luego lo sacó a la luz.

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Cada vez estoy más cerca.

--------*Fin de Mensaje*-----

Oliver tragó saliva, alarmado leyó el mensaje nuevamente. Exactamente como lo había hecho las otras veces. Jugueteó con la primera lapicera que se encontró sobre el banco, de pronto, se había convertido en una persona inquieta e insegura. No sabía de quién se trataba, pero había descifrado que se hallaba cerca de él. Observó atento a su alrededor, sospechando de cada uno de los jóvenes. ¿Y si era un hombre que anhelaba asesinarlo? ¿Su profesor quizás? No. Aquél mensaje había sido en ese momento, y su maestro no había tocado en toda la hora aquél aparato.

Se angustió más al percatarse que la mayoría del curso jamás prestaba atención a las clases, sino que se encontraban con el celular. Podía ser cualquiera, desde el más popular hasta la más antisocial.

Debía salir de allí cuanto antes.

La puerta de la sala se abrió de una forma tan brusca que causó un gran impacto entre los estudiantes, ahora todos miraban a la mujer vestida de traje. En otras palabras, a la directora.

—Oliver, ven conmigo —le ordenó y no esperó a que el joven se levantase de su asiento.

El chico albino no tardó en estar al lado de la directora del instituto, caminando, muerto de miedo. La mujer lucía de unos sesenta años, pero sus anteojos de montura cuadrada la hacían envejecer mucho más. Siempre había sido un tema de burla, su serio rostro  y las arrugas que se acumulaban en su rostro no eran tan discretas como ella creía.

—Tu madre ha muerto hace poco, ¿no es cierto? —le preguntó sin anestesia a la vez que abría la puerta de su sala. Oliver se limitó a asentir—. Seguramente, el tema de ser albino, debe ser un obstáculo para la hora de formar amistades… ¿No?