Estábamos fuera del cuartel cuando me di cuenta de que Sam estaba más que callado.
-¿Qué pasa?- le pregunté.
-Nada. No pasa nada. Es decir, todo está bien.-
Alcé una ceja y lo miré.
-De... Acuerdo-
Conocía a Sam hace poco. No era de esas personas enigmáticas.
-¿Por qué no me dijiste que era Cenicienta?- me preguntó con un poco de tristeza.
-No estaba en nuestros planes que fueras complice, Sam. No hubo tiempo para decírtelo.- Sam suspiró.-¿No se te ha pasado el efecto de enamoramiento?-
-Sí... Es sólo que creí que... Bueno, no importa. Siempre nos han dicho a los magos que nos alejemos de Cenicienta y nosotros dos rompimos esa regla.-
-También nos dijeron que toda su vida estaba en el pueblo. Que ella no salía de ahí.-
-Aún así...-
-¿Te enamoraste de verdad?-
-Yo...-
Enseguida se escuchó la voz de Rebeca y ambos nos sobresaltamos.
-Emilio, ¿me escuchas?-
-Tú no eres un ser mágico- se escuchó que alguien le decía - ¿Estás sola?-
-¿Puedes verme?- preguntó ella. Sam y yo nos quedamos paralizados.
-Claro que puedo verte. No soy ciego... Aunque... La mayoría de los humanos se hubiera sorprendido por mi capacidad para hablar.-
-Bueno, hoy he visto tantas cosas que será difícil sorprenderme-
-¿Eso crees... Cenicienta?-
La comunicación se cortó.
-¡Sabía que no debíamos dejarla sola!- me dijo Sam.
Las alimañas nos habían engañado a todos. Podían ver a los humanos. Siempre lo pudieron hacer.
Entonces sabían que Naila ya no tenía magia, pero dónde encajaba Cenicienta en todo esto. ¿Para qué querían a Cenicienta? Y... ¿CÓMO SABÍAN QUE ELLA ERA CENICIENTA?
Sam y yo regresamos al lugar en el que la habíamos dejado y buscamos todo alrededor, pero no había ni rastro de ella.
No podía creerlo. Era mi culpa.
-¿La encontraste?- me preguntó Sam.
-No-
Sam frotó su cara y su cabello con sus manos.
-Es mi culpa- dijimos al mismo tiempo y nos miramos.
-No importa de quién fue la culpa, tenemos que salvarla- dijo Sam.
-No sabemos por donde empezar. Nadie sabe dónde está la guarida-
-¿Crees que la lastimen?-
-No tengo idea. Aunque no tendría sentido. No tiene ni una pizca de magia.-
-No pararé hasta encontrarla-
Miré el comunicador con su último mensaje y vi cómo aparecía un mensaje.
-Sabes, creo que ella está bien-le dije a Sam.
-¿Por qué lo dices?-
Le mostré el mensaje en respuesta.
"Espía Rebeca reportandose. A que te asustaste"
-Es muy lista- dijimos al mismo tiempo.
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Mi Princesa Ingeniosa
Фэнтези"-Tienes que quedarte. Esperar y aguantar. Está en tu destino.- me dijo el madrina. -¿Y hay algo bueno después de eso?- -Sí. Algo maravilloso.- -¿Y después de eso qué?- El hada madrina suspiró con molestia -¡Lárgate! Me da lo mismo. Un deseo menos...