Abre y está perfecto, ¿cómo es que se ve más guapo cada vez? , viste una camisa negra que se ajusta a sus brazos, jeans negros y unos tenis blancos. Alto!-¿Qué es eso? Le digo con una carcajada.
-Un delantal, estoy cocinando, la verdad olvide que lo tenía. Me dice algo apenado y se lo quita casi arrancándolo sin esfuerzo. La mesa está muy bonita, la vajilla color blanco hueso sobre un mantel negro y unos hermosos girasoles en el centro de la mesa, mis favoritos, esta todo en su lugar como sacado de un libro de etiqueta. Ha preparado una pasta en salsa blanca y me sirve un vino, ¿Cómo le digo que para el vino soy un caos? Soy pésima catadora de vinos, a mí si me sirven uno dulce y con el que no sienta que me atraganto pues ya creo que esta rico aun sea de cajita y pues si tomo más de dos copas estaré dormida antes de que acabe la cena. Cenamos y me siento muy a gusto con él, me hace reír mucho, pero de vez en cuando hay algún silencio y esta vez no son cómodos, el me mira como si se perdiera y no sé si eso es bueno o me tengo que preocupar. Terminamos la cena y siento que comí demasiado pero admito que tiene buena sazón, la comida estuvo exquisita. Me pide que lo acompañe a una de las habitaciones y descubro que es un estudio con liberas de pared a pared, estoy en el cielo. Hay un escritorio con una laptop, y todo está muy ordenado, tiene en el fondo un sillón y una mesita, al verlo necesito sentarme, el vino está haciendo efecto, me acerca la tercera copa de vino y aun no sé cómo he sobrevivido a la segunda pero al sentarme cómodamente en el sofá la copa se escapa de mis manos y juro que tiene vida propia porque yo no la he soltado, la copa pega en la esquina de la mesita derramo el líquido rojo en los sillones que para colmo son color cocoa muy pálido. Que me trague el sofá por favor!
-Lo siento mucho Alex, soy una torpe, lo lamento. No sé ni donde esconderme siento que mi cara esta de mil colores. Tiene una expresión seria y cuando se acerca a ver el porqué de mis disculpas suelta una carcajada.
-Vaya, que forma de dejarme un recuerdo preciosa. Se está riendo y yo intento buscar con que limpiarlo aunque sé que será en vano. – Vamos deja eso Renata que no es el fin del mundo, ya déjalo, luego los mando a lavar o así que se quede me da igual.
-Que boba lo siento. Me intento disculpar nuevamente pero él se acerca a mí con paso firme y me quita el pedazo de tela con el que finjo limpiar la mancha. Al tener contacto con mi mano siento una punzada. –Ahh!
-Te cortaste la mano! Ven que voy a curarte esto, tu madre dirá que te he devuelto rota. Veo como unas gotitas rojas comienzan a salpicar el piso, pero él ve mis intenciones de limpiarlas y me jala más fuerte atrayéndome hacia él. Choco con su abdomen y siento su cuerpo tensarse, no puedo moverme estoy pegada a Alex y soy tan pequeña que su pecho queda al ras de mi frente.
Alex
Es tan pequeña mi trigueñita, muero por tomarla en mi brazos, si no se aleja de mi yo no voy a poder más. Al diablo con esta espera la quiero cerca, la tomo por la cintura para asegurarme que no va a ninguna parte y con mi mano libre tomo su barbilla entre mis dedos, me inclino para no perder detalle de su reacción y la beso, sus labios encajan con los míos a la perfección, succiono despacio su labio inferior y nuestros labios no luchan por dominarse, solo se dejan llevar. Mi pulso se acelera con el contacto de nuestras lenguas y mi corazón parece querer salirse el pecho, no sé si fue por el vino pero mis movimientos son más bruscos y siento como sus piernas se debilitan.
Detenemos el beso lentamente – ¿Estas bien Renata? .La veo lamer sus labios torpemente y parece estar mareada.
-Sí, yo solo necesito sentarme. Me dice casi susurrando, la ayudo a llegar al sofá, me percato que no puede hacerlo sola y cuando se sienta inmediatamente se acomoda haciéndose una bolita y se duerme. Vaya esto no lo esperaba, se supone que los besos despiertan a la bella durmiente no que le provoquen coma. Se ha quedado profundamente dormida y yo no puedo dejar de pensar en ese beso, la veo y es tan hermosa, recorro cada parte de su cuerpo con la mirada y al llegar a sus manos. –Mierda sigue sangrando su herida, la tomo y ahora me doy cuenta que es una cortada bastante profunda, voy por el botiquín y la curo pensando en la marca que le quedara.
Pienso dos veces lo que voy a hacer pero es que no la puedo dejar en el sofá así que la tomo entre mis brazos y la llevo a mi cama, ella parece ni enterarse de lo que ocurre, creo que le he dado demasiado vino. Le doy un beso en punta de la nariz y la dejo descansar, mañana le mostrare lo que quería que viera.
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Eléctrico Amor
RomanceEléctrico amor Por Misha M.H. "Sabía que tenía que enfrentar a mis fantasmas pero cuando llegó el día era demasiado tarde, ya se habían convertido en demonios y contra ellos no sabía cómo pelear. Sólo en ti encuentro la calma que necesito". Alex es...