Capítulo 27

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Comenzó a acercarse más y más. Dios, jamás había podido resistirme a esa verdosa y profunda mirada.
- Claro que no caí bajo... - susurré - Y lo sabes - si no era así porque se estaba literalmente muriéndose de celos. Me corrí hacia un lado para escaparme de su aprisionamiento, pero fue inútil.
- No me digas que ese imbécil te soporta tus caprichos - levantó su ceja
- No solo los soporta... - ahora yo acorté la distancia entre nosotros - Rayos que ganas de besar esos rojos labios - pensé perdida en ellos - Los cumple. - está bien, tal vez no era del todo cierto, o no era para nada cierto, pero Lionel no tiene por qué saberlo. Ya que no le diría "En realidad estoy sola, porque Pasquarelli ni la hora me quiere dar".
Tiré fuerte de mi brazo logrando que me soltara y así regresar al salón de clases sin siquiera detenerme por el libro que había olvidado.

- ¿Pu-Puedo entrar? - tartamudeé
- Llega tarde una vez más Sevilla - me informó 
- Lo siento - me disculpé y entré para caminar hacia mi lugar.
Dios mío, mi corazón estaba a punto de descolocarse, ante la velocidad con la que palpitaba - Vendrás a rogarme que vuelva contigo Lionel Ferro.

Ruggero's POV (Ruggero's point of view) (Punto de vista de Ruggero)
- Hola Guapo - susurró al momento de pasar a mi lado, así que supuse que me lo decía a mí. ¿Qué no se cansaba de que la rechazara? Negué con la cabeza y no detuve mi paso al igual que ella.

Caminé hasta mi lugar, dejé caer mi mochila a un lado y me senté, para esperar a que el tipo ese que se hace llamar "maestro" termine su taza de café y le den ganas de entrar a dar clase.

Volteé hacia la derecha, estaba Michael con su novia o no me interesa que sea, y poco a poco el salón se iba llenando, hoy seguramente Karol estaría sola. Lo que da como resultado Karol molestándome a mí.

- Buenos días clase - ¿Qué no se sabía otra frase? Todos comenzaron a sentarse en sus respectivos asientos, excepto ella que aún no regresaba - ¿Quién te preguntó? A nadie le interesa si está o no - mi voz interna me reclamó. Tenía razón - Hoy veremos el último capítulo de... - ¿Más capítulos?
- ¿Pu-Puedo entrar? - tartamudeó ¿Nerviosa?
- Llega tarde una vez más Sevilla - le recordó, aunque seguramente lo hacía intencionalmente solo para atraer la atención. Tan típico de ella. Ese vestido rosado un poco arriba de las rodillas no podía quedarse sin lucir. Patético ¿No?
- Lo siento - se disculpó y entró caminando hacia su lugar de siempre.
Tomó su bolso negro y sacó su celular, comenzó a teclear rápidamente, seguramente un mensaje. Lo dejó sobre el banco y miraba hacia Michael, quien volteó hacia abajo y sacó su celular, leyó y rió. Regresé mi mirada a Karol quien ahora estaba concentrada en su libreta dibujando. Mordía su labio inferior mientras que la pluma en su mano no se detenía, acomodaba su cabello de vez en cuando y levantaba su mirada hacia el maestro, quien no paraba de hablar.
Un golpe en mi espalda me hizo reaccionar, me había quedado tildado viéndola.
- No me digas que eres otro de los que andan tras ese vestido rosa...
- Quieres callarte Christian - le dije de mala gana
- Pues tan siquiera disimula - hablábamos en susurros - O Lionel vendrá a reclamar lo suyo - por una extraña razón sentí que la sangre me hervía. Giré hacia él.
- En primera ella no me interesa, si me interesara no me importa "disimular"; y el imbécil de Lionel puede venir a reclamar lo que quiera, tenlo por seguro que no se la acaba - no podía hablar más sinceramente.
- ¿Algo que quiera compartir con el resto de la clase Sr. Pasquarelli? - todos voltearon a verme.
- En realidad no - contesté serio acomodándome nuevamente.
- Pues parece que tiene muchas ganas de charlar - ¿Charlar? - Hágame favor de cambiarse a ese lugar - señaló el asiento disponible delante de nadie más y nadie menos que Karol.

Con pesadez me puse de pie. ¿Qué no podía haber elegido otro de los cinco asientos vacíos esparcidos en toda el aula?

Pasé delante del maestro, no sin perder la oportunidad de asesinarlo con la mirada, noté como se encorvaba un poco. - Qué estúpido - reí en mi interior.

Pero qué difícil era descifrar su mirada, - ¿Qué demonios piensa? - me era imposible interpretarlo, su cabeza recargada sobre su brazo derecho. Sus ojos fijamente conectados con los míos. Era la única que no bajaba la mirada al sentir la mía. Incluso Ally, con años de conocerme se enojaba cuando la miraba así. "¡Basta! Me dan ganas de salir corriendo" - decía con desespero, era una gran arma. Pero ella parecía divertirle.

Miraba con atención todos mis movimientos, dejé caer mi mochila nuevamente y me senté en mi nuevo lugar. Primer error: Recargarme.
- Bienvenido chico malo - dijo con una leve risita y tomó uno de los mechones de mi nuca, procurando acariciar mi piel.
Crucé mis brazos y me hice hacia adelante recargándome en el banco, para evitar que Karol tuviera contacto alguno conmigo. Estaba a punto de quedarme dormido cuando una pequeña bola de papel cayó en la esquina de mi banco.
Lo tomé y lo abrí: "Dicen que le darás una golpiza al profesor Hoffman"  la letra rosada me indicaba de quien provenía. Segundo error: Responderle. "En realidad se la merece pero no lo hare' sin si quiera disimular lo lance hacia atrás.

Tercer error: Reírme. "Si, también dicen que le tienes miedo" ¿Tenerle miedo? Lentes gigantes, pantalones cafés, sweater anaranjado, corbata de moño. Un nerd completo.

- Basta, ustedes dos, ¡Fuera! - demonios.
















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Me, myself & I (Ruggarol) TERMINADA. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora