- ¿Por qué no Ruggero? - alargué con tristeza.
- Karol a mí no me gustan esas cosas - dijo con fastidio.
- Pero...
- Si quieres ve tú, ya te lo dije - pasó su brazo sobre mis hombros pero me hice a un lado.
- Yo sí entré a jugar cuando me lo pediste - le recordé cuando jugamos gotcha y rodó los ojos - Incluso tardé ¡HORAS! sacando la pintura de mi cabello. - me puse de pie - Eres injusto. - le dije antes de caminar a la cocina. Donde estaban Mariana y Pablo.
- Karol es diferente... - me siguió hablando pero lo ignoré.
- ¿En qué es diferente?
- ¿Están enojados? - preguntó Mariana tiernamente.
- No Mariana... - le dije y también volteé a ver a Pablo - Estoy triste - me senté junto con ellos y él sólo me miraba con cara de "No lo lograrás", pero claro que lo lograría.
- ¿Por qué estás triste? - preguntaron ambos preocupados.
- Porque habrá un baile y yo tengo mi lindo vestido, mis zapatos y todo - miré hacia abajo - ...Y Rugge no quiere ir - hice un puchero curvando mi labio inferior hacia afuera - Dice que vaya sola y yo solo quiero ir con él - Ruggero soltó una carcajada.
- Eres una dramática - me puse de pie y di un beso en las mejillas de ambos niños quienes miraban a Rugge diciéndole "llévala" me detuve frente a él.
- No sabes cuánto esperé este baile - era verdad - Pero sin ti no iría - me puse en las puntas de los pies para poder dar un beso rápido en sus rosados labios.Ruggero rió ante los "Ew" de ambos niños. Corrí escaleras arriba llegando hasta la que era mi habitación. Estaba triste, Me lancé en la cama. En solo dos días seria el increíble baile temático. A lo "Montecarlo" incluso desde antes de que Lionel hubiera terminado conmigo yo ya tenía el vestido preparado. E imaginarme a Ruggero con su smoking impecable, con sus cabellos completamente bajo control, me hacía desanimarme aún más.
- Karol - me sacó de mis pensamientos cuando golpeó la puerta.
- ¡No hay nadie! - contesté y la puerta se abrió dejándome ver a Ruggero recargado sobre el marco de la puerta. Me sonrió y me gire dándole la espalda indicándole que no quería verlo.
- No estés enojada - sentí su mano recorrer mi silueta - No lo estoy - me giré hacia él.
- ¿Segura? - se acostó a mi lado.
- Segura - afirmé y me abrazó.
- Perfecto - dio un beso en mi mejilla y se puso de pie - Una pregunta - me señaló y solo levanté mi mirada hacia el - ¿Dónde puedo conseguir un smoking para dentro de dos días? - mi rostro se iluminó y luego cambió de nuevo a seriedad.
- No te burles de mí, si... - le dije ahora si molesta
- No - rió - Es que tengo una caprichosa en casa y la llevaré a un baile muy importante para ella - una vez más sonreí de oreja a oreja.
- Gracias Rugge - grité poniéndome de pie y corriendo a sus brazos.
- Solo dos condiciones - mordió su labio inferior.
- ¿Cuál? - pregunté divertida.
- No bailo - me miró fijamente y solté una carcajada.
- Está bien... - no me quedaba de otra.
- Y solo si vienes a dormir conmigo - mi estómago se retorció al igual que mi corazón, qué más quisiera yo.
- ¿Pero tus hermanos?
- Ya están en sus habitaciones, además solo dormiremos - me tomó por la cintura - también podemos platicar - la sensualidad de su voz me derretía - O te puedo abrazar... Te puedo besar - su respiración vagaba por mi cuello erizándome la piel por completo. Y al sentir sus húmedos besos por mi cuello un leve gemido se escapó de mis labios - Te gusta la idea... No me mientas, no te resistas - ¿Por qué era tan cruel? ¡Soy humana Ruggero no lo olvides!
- Me encanta la idea - cerré los ojos dejándome llevar por las caricias y besos de Ruggero - No me resistiré - tomó mi mano para guiarme a su habitación pero salimos de la mía y al mismo tiempo salió Mariana.
- Rugge... ¿Puedo dormir contigo hoy? - con los ojos cristalizados la pequeña traía en una mano su cobertor y con la otra abrazaba un conejo de peluche - Tengo miedo - Ruggero mordió su labio con frustración. No solté su mano esperaría a que él me dijera que haría. Aunque era más que claro que le diría a Mariana que sí, y en caso de que le dijera que no lo obligaría a decirle que sí. Volteó a verme y solo articuló "Perdóname". Solo le sonreí y besé sus labios cortamente.
- Buenas noches - le dije y Mariana corrió a mí para darme un beso en la mejilla y decirme buenas noches.Mariana y Pablo estaban en el living, cada uno con una mochila y una almohada bajo el brazo.
- ¿Adónde van? - les pregunté al bajar las escaleras
- A casa de Sam - dijo Pablo
- Y yo a casa de Lesly - añadió Mariana feliz.
- Es el mismo lugar - le dijo riendo.
- ¿Me acompañas a dejarlos? - preguntó Ruggero pero negué con la cabeza, quería darme una ducha. Me despedí de ambos con un - Diviértanse - y un beso para cada uno.
- Cuando regrese seguirás aquí, ¿Verdad? - preguntó Mariana abrazándome
- Claro que si hermosa - le devolví el abrazo
- No quiero que te vayas ¡Nunca! - sonrió
- Aunque no viva aquí siempre estaré para ustedes - hablé con toda la sinceridad del mundo - Tu, Pablo y Ruggero son lo más preciado que tengo - sus ojitos brillaron y volvió a abrazarme. -Tú solo irás a dejarlos - le dije riendo a Ruggero.
- Sí pero yo también quiero un beso - puso su mejilla, riendo me acerqué pero corrió el rostro y me lo dio el en los labios. Seguido todos salieron corriendo hasta el auto.Subí y entré a mi habitación momentánea para tomar una ducha. Un simple short negro de tela y una blusa blanca de tirantes era mi pijama. Aún era temprano eran pasadas las nueve de la noche, pero seguramente no saldríamos. Ya vestida me fui a la habitación de Rugge, me senté en la cama y me recargué en el respaldo.
Encendí el televisor, recorrí todos los canales tratando de encontrar algo atrayente pero no había absolutamente nada. Dejé un programa de chismes. Entre un famoso que recién compró su mansión y otro que había sido demandado por millones de dólares mis ojos comenzaron a cerrarse.Un leve cosquilleo en mi pierna atormentaba mi sueño. Entreabrí los ojos y me encontré con Ruggero quien con la yema de los dedos producía esas cosquillas.
- Perdón - sonrió - No quería despertarte - le sonreí igual y acaricie su mejilla.
Escuché el golpe de sus botas caer al piso y acto seguido se acomodó a mi lado. Aún algo adormilada me amarré a su cuerpo.
Corría mi cabello a un lado, dejando mi rostro y cuello descubierto, esparcía húmedos besos desde mi mejilla hasta mi cuello. Su cálida respiración chocando con mi piel era fascinante.
- Ya, te dejo dormir preciosa - ¿Dormir? ¡Claro ya que despertaste todas mis hormonas ahora si me dejarás dormir!Estaba por ponerse de pie pero no lo dejé, me puse rápidamente de rodillas en la cama y lo tomé por los hombros, escuché su risa.
- ¿No estabas dormida? - preguntó divertido.
- Lo estaba - contesté abrazándolo por la espalda ocultando mi rostro en su cuello - Tú haz tenido la culpa, me haz despertado con tus provocaciones - mordí suavemente su piel y ladeó su cabeza dándome mejor acceso a su sensible zona.Mordía, ancaba mis dientes e incluso mi lengua degustaba sus pequeños lunares esparcidos por su cuello estratégicamente. Quería girarse hacia mí pero yo se lo impedía mordiendo le lóbulo de su oreja. Hasta que finalmente logró ponerse de pie. De una se sacó la camiseta dejando al descubierto su torso tallado por los mismos dioses. Su mirada desbordante de deseo solo aumentaba el mío de sobremanera. Subió a la cama y se acomodó sobre mi pase mis manos sobre sus hombros, hasta su espalda, recorriendo su tersa piel. Mientras que nos fundíamos en un apasionado beso, una de sus manos se posicionó en mi espalda por debajo de mi blusa y la otra masajeaba mi pierna elevando mi estado de éxtasis.
Su lengua se introdujo en mi cavidad bucal buscando con desesperación mi miembro. El cual no tardó mucho en encontrar ya que en segundos se debatían a muerte ya que ninguno tenía planeado rendirse.
De un momento a otro mi blusa desapareció de la escena y al igual no tardó mucho en despojarme de mi sujetador el cual quedo en algún lugar desconocido de la habitación.
La excitación y el placer se respiraban en la habitación mis jadeos y gemidos iban en aumento solo con sus caricias y besos. No había centímetro cuadrado de mi cuerpo que sus manos no hubieran recorrido al igual que sus labios.
Como pude logré deshacerme de su pantalón. Minutos después nuestros cuerpos solo eran cubiertos por la ligera capa de sudor que nuestro alto calor interno producía. No podía más lo necesitaba en ese mismo momento. Y como si leyera mentes se acomodó entre mis piernas para convertirnos en uno mismo por primera vez.Instagram: ruggarolsevirelli
ESTÁS LEYENDO
Me, myself & I (Ruggarol) TERMINADA.
FanfictionLa envidia de cualquiera de su mismo sexo, y el deseo del masculino. Excepto uno... Por una apuesta para recuperar a su ex, se terminaría fijando en quién muy pronto sería alguien más importante para ella, pero... ¿Qué pasaría si lo pierde? ¿Qué pas...