Capítulo 58

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Una vez más Karol no había asistido a clases - ¡Mierda Ruggero deja de pensar en ella! - cada vez que ella llegaba a mis pensamientos, mi voz interna me reprendía. Pero me era completamente imposible sacarla de mi mente.
- Pasquarelli - cerré la puerta de mi casillero para poder ver quien era quien me llamaba. Era el idiota de Michael.
- ¿Qué quieres? - le pregunté de mala gana, ganas para partirle la cara me sobraban.
- Es Karol - dijo agitado seguramente venia corriendo.
- Michael - dije con fastidio - No estoy de humor, ¿Si? Y mucho menos si se trata de ella... - me di la media vuelta.
- Se irá... - escuché que decía a lo lejos
- Que le vaya bien - dije sin detenerme
- Tú no entiendes, ¿Cierto? Ella te necesita - me detuve y regresé hacia él.
- ¿Para qué? ¿Apostaron de nuevo? - pasé mi mano por mi cabello con desespero - No me interesa nada relacionado con ella, me da lo mismo si me necesita o no, le dejé muy claro que no la quería cerca de mí - me miraba con rabia y puedo jurar que yo a él también.
- Perfecto. - miró hacia abajo y luego volvió a subir la mirada - En dos horas se va del país -rebuscó en su mochila y sacó un sobre blanco, me lo lanzó y por reflejo lo atrapé - Yo me alejé cuando más me necesitaba y tú fuiste el único que estuvo ahí con ella, créeme, ella no jugó contigo. - se dio la media vuelta dejándome en medio del pasillo con él sobre blanco en mis manos.

Lo miré y al ver su letra el coraje me inundó y con ambas manos la arrugué haciéndola una bola de papel que terminaría en el primer basurero que me encontrara.
Me acerqué al basurero y miré una vez más la bola de papel. Se iba del país, tal vez sabría lo último que sabría de ella. No pude hacerlo. Guardé la bola de papel en un bolsillo de mi chaqueta. Regresé a mi casillero y dejé los libros, no tenía ganas de entrar a clases.

Llegué a casa, estaba vacía. Últimamente parecía que nadie vivía ahí. Mariana seguía resentida, ya que un par de veces más le grité por constantemente preguntarme por Karol al igual Pablo. Nunca les había hablado de ese modo, pero tampoco nunca me había sentido así de destrozado, así de dolido. Y ellos no podrían entenderme por más que quisiera.
Me dejé caer en el sillón central de la sala mirando hacia la apagada televisión. Eché la cabeza hacia atrás viendo el techo, tratando de organizar mis pensamientos. Metí mis manos a los bolsillos de la chaqueta y nuevamente sentí la bola de papel. La saqué, la extendí y nuevamente leí el Ruggero que había con bolígrafo rosa. Ella sabía cuánto detestaba que usara esa tinta incómoda para leer
–Vamos Ruggero, ¿Qué puedes perder?- mi mente me animó a leerla, ya no podía sentirme peor así que rompí el sobre por uno de los costados, para sacar la hoja blanca doblada en tres ahora también arrugada. Tinta negra abarcaba más de la mitad de la hoja.

Ruggero:
Sé que detestas que escriba con bolígrafo rosa, lo siento no tenía otro sobre. No sé si leerás esto, tal vez no lo hagas y esto terminará en el bote de la basura, pero ni pierdo nada intentándolo.
Fui una estúpida, jamás debí haber jugado con algo así. Sé que estuve mal y es algo que jamás me podré perdonar... Pero quiero que sepas que todas las cosas que te dije nunca fueron falsas. Todo lo que te decía salía de mi corazón.
Al principio lo vi como un reto, me decían que era completamente imposible que tú, te fijaras en mí. Que era imposible que siquiera me dijeras tu nombre... Y vaya que lo fue. Pero valió la pena, las últimas semanas que estuvimos juntos... Fueron ¡Increíbles!
Ahora me doy cuenta de que a Lionel nunca lo amé, solo fue un capricho que me negaba a perder. Supe que no lo amaba cuando conocí al verdadero Ruggero. Y ahí fue cuando me enamoré de verdad y por primera vez. Te amo tanto Rugge, y entiendo que no quieras verme, ni saber nada de mí. Pero tenías que saber esto, tenía que hacerte saber que te amo y lo seguiré haciendo.
También para decirte que me iré... Nadie (tú, mi madre y Michael) sabe adónde iré, solo les avisé que saldría del país. Después de todo aquí no hay nada que me retenga. Tenías razón estaba sola, estoy sola. Excepto el tiempo que estuve contigo, la palabra soledad desaparecía de mi vocabulario, cuando estaba con ustedes, contigo, Mariana y Pablo, me sentía tan querida. Me sentía tan importante y es algo que les agradezco de sobremanera.
Por favor dile a Mariana que me perdone por haberle mentido, seguro estará molesta conmigo. Pero que no se le olvide que ella, Pablo y tu Ruggero... Fueron lo más importante que tuve.

Te amo Ruggero y una vez más perdóname...
Karol Sevilla. 


















Imagínense que le escribieran esa carta, pero a USTEDES. Ya seas chica o chico; me llegan a escribir eso a mí y voy corriendo a buscarlo

GRACIAS a las personas que votan, y más, a las que comentan. No importa que sea un "Sigue". Yo me conformo con eso, porque sé que les está gustando la historia, sé que la disfrutan y les encanta leerla (o eso supongo yo cuando ustedes votan y comentan). En fin, gracias. ♥

Instagram: ruggarolsevirelli

Me, myself & I (Ruggarol) TERMINADA. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora