Capítulo 51

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Llegué a casa, aún no había llegado mi madre. Seguramente otra de sus "cenas importantes".
Quité mis botas y las puse en el primer escalón para poder ir a la cocina, tomé un vaso y lo puse en la barra para sacar jugo del refrigerador.
Ya servido, agarré el vaso y regresé a las escaleras para tomar las botas y ahora si subir a mi habitación pero el sonido del timbre me detuvo, volteé hacia la puerta y una vez más sonó el timbre. Dejé de nuevo ambas cosas en las escaleras y caminé hacia la puerta.

- ¿Qué quieres? - pregunté abriéndola. Si no hablaba ahora mismo, la cerraría y subiría a mi habitación. Levantó la mirada y la conectó con la mía. Pero lejos de emitir palabra alguna me tomó del brazo y me atrajo hacia él y con un veloz giro me acorraló contra la pared.

- Me encantas, me vuelves loco, me mata de celos que todos volteen a verte cuando llegas a algún lugar, odio que el estúpido de Lionel se te acerque, me gusta tu carácter, excepto el de la Karol engreída que sé que no es tu verdadera forma de ser, me gustan tus vestidos - inhaló profundamente ya que hablar tanto y tan rápido lo había despojado de todo el oxígeno en sus pulmones - Te quiero Karol...

No lo dejé pronunciar una palabra más, ni siquiera lo dejé respirar cuando ya estaba colgada de su cuello besándolo.

- Cu-Cuando quieras te presto mis vestidos - dije entre besos riendo ya que había dicho que le gustaban - Creo que te quedarán algo cortos... - regresé a sus labios.

- Los prefiero en ti.

*

- Yo te dije primero - reprochó despeinándome
- No - dije riendo tratando de acomodar mi cabello nuevamente - Anda - supliqué.
- No creo que a tu madre le guste - se puso de pie.
- No llegará, aún es temprano - me paré en mi cama - Además nunca tiene hambre - dije imitando el estirado tono de voz de mi madre - Y no quiero cenar sola - se acercó a mí volteando hacia arriba debido a la altura a la que yo estaba.
- Ya te dije, vamos, cenamos y te traigo - insistió.
- Ruggero... - alargué
- Está bien, ¡Ya! - se rindió y sonreí victoriosa.
Tomé su mano y salimos de mi habitación.
Ruggero bajaba con pesadez las escaleras mientras que yo al contrario saltaba como niña pequeña. A mediación de la escalera se escuchó la puerta de la entrada cerrarse y me detuve en seco. El sonido de unos tacones en el piso me indicó que era mi madre. Inhalé y exhalé profundamente suplicando por dentro que no se comportara grosera con él.
- Creo que será mejor que me vaya - susurró Ruggero en mi oído.
- No - le contesté seria - Yo te invité a cenar - le sonreí.
- Puede ser otro día si quieres - se acercó a mí y besó mis labios.
- No - fruncí el ceño dejándole claro que no se hablaría más del tema.

Llegamos al último escalón y pude ver a mi madre viendo cartas y recibos que estaban en la pequeña mesa del living. Volteó cuando sintió nuestra presencia.
- Vaya... - dijo examinándolo de pies a cabeza
- Buenas noches - saludó Ruggero cortésmente.
- Buenas noches - dijo con mirada de desaprobación
- En verdad Karol - susurró una vez más - No quiero incomodarte ni mucho menos causarte problemas.
- Invité a Ruggero a cenar - dije ignorándolo - Estaremos en el comedor - sin soltar su mano lo guié hacia el comedor donde nuestros platos ya estaban servidos.
- ¿Pongo plato para usted? - preguntó una de las trabajadoras a mi madre "Di que no, di que no, di que no" suplicaba por dentro.
- Si por favor - mierda. Nunca cenábamos juntas y cuando realmente deseaba que no lo hiciera... Lo hacía.
- Y... ¿Trabajas? o ¿Sólo estudias? - preguntó sin siquiera mirarlo.
- Trabajo y estudio - sonrió.
- En...
- Una tienda de discos - completó.
- Trabaja en una tienda de discos - dijo volteándome a ver en un disimulado tono de reproche. ¿Qué esperaba? ¿Qué liderara una empresa internacional?
- Que eres, ¿Cajero? - contuvo la risa.
- En realidad no - dejó los cubiertos sobre el plato - La administro - volteó y me guiñó un ojo como asegurándome de que todo estaba bien - Era de mi padre, era como un pasatiempo y bueno pues ahora ha quedado en mis manos.
- ¿Era de tu padre?
- Así es - ¿Qué no podía dejar de preguntar? - Falleció hace algunos años - bajó la mirada.
- Lo siento - claro que no lo sentía a ella le daba lo mismo - Es bueno que ayudes a tu madre - esta cena no podía ser más incómoda, ni aunque los cojines de las sillas fueran de clavos.
- Ella también...
- Vaya - hizo una mueca torcida - Debe ser duro.
- Lo es.

- Gracias por invitarme - dijo con una hermosa sonrisa.
- Seguro debes odiarme, debí de haberte dejado ir. - miré hacia abajo - No esperaba que mi madre te hiciera un interrogatorio.
- Fue divertido - dio un fugaz beso en mis labios - Entra ya o te enfermarás - me ordenó ya que llovía realmente fuerte.  















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Me, myself & I (Ruggarol) TERMINADA. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora