Capítulo 1

286 2 2
                                    

Tina despertó. Lo que primero vio nada mas abrir los ojos fue la cara de preocupación de su madre, Susan. Se encontraba dolida. Como si le hubieran dado una paliza. Su madre nada mas verla despierta, la abrazó; con tanta fuerza que le hizo daño. Susan mientras lo hacía, susurraba palabras agradeciendole a Dios, aún Tina seguía impactada por lo que había ocurrido. El doctor apareció en la habitación y se quedó mirando a Tina con cara de admiración.

  - Bueno bueno Tina. Ya despertaste por lo que veo. ¿Como te encuentras?-. Preguntó el doctor levantando las cejas y con cara de duda.

  - Confusa. Estoy débil y me duele todo el cuerpo.

  - Te bajó el nivel de azúcar y te desmayaste. Dentro de unos minutos podrás salir de aquí. Pero antes de hacerlo deberías agradecer que estás bien. ¡Un milagro sin duda!-.

  - ¿Agradecida?-. Preguntó Tina con cara desafiante.

  - Hija. ¡Has sido la única superviviente!. Desde luego que es un milagro. Estaba muy preocupada. ¡Dios mio!-. Mientras Susan lo decía parecía que iba a caerse al suelo del susto.

Tina se acurrucó en la camilla pensando, mientras que el docotr le hizo una seña a su madre para hablar.

   El doctor dialogó algunas palabras con su madre a solas, las cuales, por mucho que ella los viera, no podía entender desde aquella distancia. Y pareció darle dos cajas de medicamentos. Mientras, Tina intentaba recordar con mayor esfuerzo lo que había sucedido.  

- ¡Volvemos a casa Tina!-. Susan recogió sus cosas y le ayudó a levantarse de la camilla. El doctor le aconsejaba reposar y sobre todo entretenerse. Antes de salir por la puerta de la habitación, el  le lanzó una mirada indicándole cuidado. Cuando sujetó el pomo de la puerta y la abrió un poco, no pudo creerse lo que estaba viendo. Periodistas con sus cámaras y micrófonos esperándola a ella. Tina estaba flipando. Todos le preguntaban por lo sucedido. Su madre la agarró con fuerza por el hombro y le hizo dar pasos al son de ella, evitando las cámaras. Cuando salieron del hospital, en la entrada se encontraban dos agentes de polícia que la estaban esperando para hacerles unas preguntas. Susan estaba avisada de todo esto. Obligó a su hija a montarse en el coche de la policía junto con ella. El ambiente en el coche era muy tenso. Y el copiloto no hacía nada mas que mirarla. Durante el trayecto su madre la abrazó con firmeza y le echaba miradas de preocupación. Cuando llegaron al cuartel y se bajaron del coche había más periodistas. A Tina le vinieron imágenes a la cabeza justo en ese momento. Las imágenes de su profesora tirada en el suelo y la de sus compañeros debajo de los escombros. Varias lágrimas le salieron de la cara. Luego con más fuerza le vino la imágen de su compañera muerta por un ataque epiléctico. Su cara cambió totalmente de color, del susto que llevaba. Agarró a su madre por el jersey. Luego la abrazó y hundió su cara en el pecho de Susan. Gritaba. Con tanto dolor que a su madre le cayeron también algunas lágrimas. Le dijo algunas palabras para calmarla. Cuando entraron al cuartel Tina tuvo que pasar sola a la sala. Susan se quedó sentada en un despacho esperandola mientras. Tina pasó a una sala precedida por una mesa en el medio y dos silla, estaba casi en penumbras. El agente le hizo sentarse. Tina estaba asustada y le miró con ojos llorosos. El policía le pasó una hoja donde había varias preguntas. Ella pensaba que mantendrían una conversación. En la hoja dada ponía preguntas sobre lo que había sucedido realmente y si había visto a alguien en especial hacer algo. Terminadas todas las preguntas, Tina se levantó y el policía la miró preocupado. Salió de la sala y fue hasta donde su madre. Susan se encontraba dormida en el sillón. Delante de ella estaba la tele encendida. Estaban las noticias. Trataban sobre lo sucedido y salió una panorámica del instituto fotografiado desde algún helicoptero. El instituto estaba derruido entero. Luego salieron los cientos de cadaveres en el suelo todos apilados en fila. A Tina volvieron a salirle lágrimas en los ojos. Los recuerdos le atormentaban.

   Mas tarde, decidió despertar a su madre, cuando ya estaba mas tranquila. Se marcharon de allí con prisa. Cuando salieron a la calle ya eran las nueve de la noche mas o menos. Tenían que coger un autobus hasta llegar a su pueblo, Holmesfitt. A una hora de viaje. El hospital mas cercano se encontraba donde ella estuvo.Susan decidió quedarse en un hotel porque pensaba que a esa hora no habría viaje de vuelta al pueblo. No trajo el coche, porque ella y su hijo fueron en la ambulancia junto con más chicos en estado grave, finalmente todos muertos. Se hospedaron en uno de dos estrellas cercano al centro de la ciudad. Al llegar a la habitación del hotel, Tina se echó en la cama. Susan se sentó y puso la tele. En todas las cadenas del país salía la terrible tragedia del instituto en Holmesfitt. .Tina agarró el mando y le dio señas a su madre de que no quería ver nada de las noticias. Su madre aceptó y puso un canal de películas.

 Un rato más tarde, su madre se encontraba dormida en la cama y Tina decidió ir al baño a darse una ducha con agua sola. Cogió una toalla y la ropa la dejó tirada en el mueble del servicio. Entró en la ducha y se dio con agua caliente, para relajarse un poco. El vaho se había quedado todo concentrado en el baño. Cogió la toalla y se secó. Al darse la vuelta, Tina se quedó aterrorizada y empezó a chillar. En el espejo había un mensaje en grande escrito a través del vaho concentrado: Saliste viva del instituto. Tú y una profesora. Veamos si sobrevivís a lo próximo. Tina empezó a mirar a todas partes intentando comprender quien había puesto eso ahí y como había entrado... el pestillo estaba echado. Se dio cuenta de que el vaho se estaba yendo rápido del servicio. Estaba muerta del miedo, las piernas le temblaban y empezaba a tener frío. Miró al techo. Y justo encima de ella pudo ver el conducto de ventilación abierto. Donde entraba una persona perfectamente. Muerta del pánico, salió desnuda del servicio gritando. Despertó a su madre y le contó lo ocurrido. La condujo hasta el baño y le enseñó lo que había escrito. Ya casi era imperceptible, pero con un poco de ojo podía leerse aún. Susan se acercó al espejo y empezó a echar su aliento para que se viera mejor. Después sacó su teléfono y le echó una foto. Abrazó a su hija y le pidió que se vistiera de inmediato. Cuando Tina ya estaba preparada, salieron de la habitación lo antes posible y se dirigieron a recepción. Le contaron lo sucedido al recepcionista y no daba crédito a lo ocurrido. Susan tras varias veces insistiendo y entre regañadientes, consiguió la llave de otra habitación. La 228. Tina aterrada, no quiso fiarse. No quería subir de nuevo aunque fuera otra habitación distinta. Estaba claro que alguien la seguía y quería jugar con ella. Empezó a comerse la cabeza. Aparte de ella, en el mensaje ponía que otra persona había salido viva de allí; y se preguntó si tal vez a la otra persona le estuviera pasando lo mismo. Tina se quedó sentada en los sofás de recepción, nerviosa, aún notaba el temblor de sus piernas y tenía tal cantidad de nervios en su cuerpo que hasta le costaba pensar con claridad. Si hacía falta se quedaría toda la noche allí sentada. Susan nerviosa le dijo que subiera a dormir. Tina se lo negó.

   - ¡No voy a permitir que después de lo del espejo te quedes aquí tu sola!. Soy tu madre y vas a hacer lo que te diga -. Dije Susan un poco cabreada.

    - Mira... lo haré. Pero que sepas que subiré por no armarte un numerito aquí delante.

    - Hija, estás conmigo. Yo te protegeré. Pero ¡por favor!, sube conmigo porque yo también tengo miedo. ¡Esto me influye a mi también! -.

   Tina aceptó y subieron las dos. Habitación 228. Entraron. Era un poco más grande que la anterior y se metieron las dos juntas en la cama. Necesitaban descansar y Tina mucho más, lo estaba deseando. Dormirse. Para olvidar por unas horas todo lo ocurrido. Todo volvía a su cabeza, con mucha confusión . Antes de que apagaran la luz su madre le dedicó unas palabras: Pase lo que pase aquí estoy yo para protegerte. Luego le dio un beso en la cabeza. Tina cerró los ojos. No pudo evitar pensar en lo sucedido y en lo del espejo. Le empezaron a temblar las piernas otra vez, una fina gota de sudor le caía por la frente. Estaba asustada, era demasiado de un solo golpe.

    Un rato después, su madre ya estaba dormida y ella seguía con ese pánico. Habría pasado como media hora. Tal vez una hora. O quien sabe... Solo sabía algo; que no era capaz de conciliar el sueño; y tal vez no podría dormir en toda la noche.

    

Tiempo de miedosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora