6. Bien sabes tú

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Una semana después...

(Iker)

Supe desde el principio que volver a verla iba a ser realmente difícil, y que por supuesto me iba a tomar todas las fuerzas de mundo para no ir corriendo a abrazarla y sentir sus labios de nuevo.

Me detuve al recordar que ahora, yo era un completo extraño para ella y hablo solo por mi porque todos sus compañeros y los míos fueron a visitarla, Esmeralda me había preguntado porque no había ido y simplemente le dije que no había tenido tiempo y realmente ella y yo nunca nos habíamos llevado bien, técnicamente era verdad, pues de hecho no habíamos hablado nunca hasta el semestre pasado, cuando todo paso. Ella solo me miro con ojos de no creer lo que decía, pero no importaba, tenía que alejarme por el bien de ambos. Ángel me conto todo lo que paso el día que fue a visitarla, me conto como la había visto, lo confundida que ella estaba, tanto que ni siquiera recordaba que vivía sola y tenía su propio auto.

Y hoy, estaba a unos pasos de ella, mirándola de lejos, se veía confundida, estaba platicando con sus amigas, ahora ella estaba un poco más delgada que la última vez que la vi aquí, era obvio, paso un mes en coma y entonces, escuché la voz de Rosaura, se acercó y me dio un beso en la mejilla

—¡Uggh! Mírala, llamando la atención como siempre— dijo refiriéndose a Vera, ellas nunca se habían tragado, más porque los dos grupos de cuarto semestre ahora, le lanzaban indirectas y no era para menos, Rosaura no era una blanca paloma

—No sabes lo que dices— dije y me di la vuelta para ir a mi salón y ella me siguió

—No pensé que todavía te importara, digo es bueno lo que le paso ¿no? Ella no te recuerda, era ese el objetivo a fin de cuentas ¿cierto? — insistió Rosaura, la mire

— ¿Cómo rayos sabes eso? — pregunte y ella chasqueo la lengua

—Los chismes son como agua aquí además Lizet sigue siendo novia de Ariel y es mi compañera, no es como si no hubiéramos sabido lo del accidente— rodé los ojos

—No estoy de humor para lidiar hoy con tus comentarios, así que si me permites me voy a mi clase— le dije haciéndola a un lado para entrar a mi salón, solo escuche su risa.

•••

Nuestra primera clase fue seminario de tesis, y la chef Inés nos dio el syllabus de la materia y todo eso, como ya eran solo 6 materias las que teníamos, eran dos por días y cada una era de 2 o 3 horas, así que después de esa materia, salimos al descanso.

El instituto era solo de gastronomía, era amplio, teníamos cafetería, estacionamiento, un pequeño jardín junto a la cafetería donde había mesas para poder desayunar ahí, la construcción era de dos pisos y actualmente, mi generación fue la última con solo 7 alumnos, la generación de Vera y la de Rosaura, ya cada uno eran el grupo A y B por eso ampliaron el edificio, y había una cocina para cada semestre.

El descanso era de 11 a 12 y era para todos los semestres igual así que inevitablemente, tenía que ver a Vera, estaba con Gema, Bianca y Eva, luego se les unió Lucia y Deisy, no podía apartar mi mirada de su mesa

—Si no quieres causar sospechas, es mejor que dejes de mirarla Iker— me dijo Ángel y agache la mirada e intente comer algo de lo que había comprado.

Esto iba a ser muy complicado ¿Cómo se supone que iba a hacer como si no existiera? Quizá antes podía hacerlo, pero ahora que todos le hablaban, hasta algunos chicos de primero y yo no ¿Qué iba a hacer si se me acercaba por alguna razón? ¿Qué si nos topábamos? ¿Cómo evitar mirarla? ¿Cómo dejar de sentir todo esto?

Y lo más importante ¿Cómo ignorarla después de todo lo que pasamos juntos? Si ella sabe o sabia más que cualquier otra persona de mí, más quizás que hasta Katia.


Tierno pecado. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora