22. ¿Que fuimos?

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(Iker)

Había llegado desde hacía un rato, pero la deje terminar de leer el diario, ella merecía saber la verdad y lo que había escrito en esa última página, era la verdad, la verdad de todo.

Yo estaba profundamente enamorado de ella y no sabia que hacer al respecto.

— ¿Qué... que haces aquí? ¿Cómo entraste?— pregunto y me acerque a donde estaba, coloque la caja junto a la de ella y le mostré el llavero de corazón morado con mi nombre

—Tú me la diste, y si ya revistaste bien, en la caja esta la copia de la llave de mi departamento también— busco en la caja y si, ahí estaba el llavero de luna, igual que el mío, también la luna tenia nuestros nombres grabados, los corazones eran del departamento de ella y las lunas del mío, sus ojos miraron mi corazón con la llave de su departamento con sorpresa y después de un momento, por fin hablo

— ¿Qué significa todo esto? ¿Es una broma no? — me senté a su lado y tome la tapa de su caja, la gire y ahí estaba, la misma foto que tenía mi caja, se sorprendió

—Explícame por favor...— suplico y la abrace, ya no soportaba no poder tocarla, no poder sentirla cerca de mí

—Te daré algo mejor... algo que te hará recordar— le dije y en ese momento, la bese.

•••

(Vera)

Sus labios sobre los míos se sintieron tan correctos, como no sentí con el beso de Leonardo o de Mauricio, con él, se sintió tan natural hacerlo, poco a poco me acomodé para seguirlo besando

—Vera... Mi tierno pecado— dijo y me aleje de él

—Tu y yo no éramos novios— dije, su frente sobre la mía, aun podía sentir su aliento, me sentó en su regazo

—No Vera... tu y yo éramos...— me levante de inmediato, eso no era posible

—Amantes— dije y el asintió

—Algo así... aun no estoy casado así que no sé cómo se le llame a lo que teníamos— no, no, no.... me niego, yo no podía haber llegado a ese nivel

—Pero tu andas con Rosaura y aun tienes novia— el cerro sus ojos, como si le dolieran mis palabras

—Lo de Rosaura... lo de Rosaura comenzó una semana antes de tu accidente, tu sabias lo de Katia, hablamos claro desde el principio Vera, tu aceptaste— dijo él y se levantó

—Lo nuestro empezó el 16 de septiembre, todo estaba bien, más que bien creo— le di la espalda y lo sentí acercarse

—Y luego todos me pidieron que me alejara, tenía que verte con el idiota de Leonardo— sentí su aliento en mi cuello

—No podía soportarlo— dijo y me dio un beso en mi cuello

—Quería partirle la cara cuando supe que te beso— ladee un poco mi cabeza, para darle acceso a seguirme besando

—Tu eres mía Vera y no quiero que nadie más te escuche en la intimidad, que nadie más sepa de ese lunar que solo yo conozco, eres mía y no soporto la idea de que alguien más te haga reír, que otro tipo este a tu lado— me tomo por la cintura y me giro

—Yo ya no quiero estar con Katia... yo quiero estar contigo— me dijo y me beso de nuevo, por primera vez en todo este tiempo, me sentía realmente feliz, me sentía viva.

Pero aún tenía dudas, muchas dudas...

—Espera— le dije

—Yo necesito analizar todo esto... necesito saber qué fue lo que paso entre nosotros con exactitud, que paso antes del accidente, porque me dejaste sola en este proceso— el asintió

—Todo lo que paso en nuestra relación, creo que esta en tu computadora... a ti aparte de cocinar, te gusta leer y escribir, me pediste permiso para escribir todo lo que hacíamos y acepte, lo que dudo que este ahí, es lo que paso una semana antes de que todo se saliera de control— dijo muy serio

—Vamos, te escucho— se sentó en el diván y yo a su lado.

Tierno pecado. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora