Tierno pecado. ©

9. Te ira mejor sin mi

(Vera)

Un mes había pasado desde que entramos a la escuela y recordaba términos que no sabía que sabía, era algo irónico pues en las practicas, parecía ya ser la chica que todos querían ver pero con mis compañeros, aun no sabía cómo actuar bien, a veces me decían "Recuerdas cuando..." y al instante se quedaban callados, me sentía mal ¿saben? Y al parecer, yo sabía varios secretos de ellos, pero obviamente ya no me los contarían de nuevo.

Gema, Bianca y Eva, trataban de que me integrara al grupo, nos decían "Las Gemas" porque Gema era una chica demasiado especial y en especial me refiero a que todos la agarraban de bajada. No sé porque a las 4 nos apodaban así, pero yo ya no me sentía parte de ese grupo, a veces las encontraba cuchicheando y si me acercaba se callaban, sentía que todos me ocultaban algo, pero no tenía idea de que.

A los chicos de 6to semestre, les tocaba la cocina continua a la de nosotros y como se nos permitía poner música, ellos tenían su bocina y se escuchaba hasta nuestra cocina, casi siempre, ponían las canciones de Joan Sebastián, más una que al parecer se llamaba Te ira mejor sin mí y escuchaba que Ángel e Iker (el chico que por alguna razón no me dirigía ni una mirada) cantaban.

La práctica de cocina mediterránea y las de ellos habían acabado, a mí me había tocado lavar los utensilios y me encontré a Ángel en las tarjas, él era muy buena onda conmigo, me platico que él había hecho mi pastel de cumpleaños el semestre pasado en mi fiesta sorpresa que me habían organizado todos

—¡Hola Ángel!— le dije

—¡Que tranza Vera!— dijo él y comencé a lavar los trastes de mi grupo y en eso, la canción que había mencionado, comenzó y yo me reí

—¿De qué te ríes Verita?— me pregunto Ángel

—De que ya me aprendí la canción— dije y escuche la voz de Iker comenzar a cantar

Yo no soy, el hombre que tú quieres... Mi problema es bello y son mujeres...

— ¿Acaso él no tiene novia? Canta con tanto sentimiento que a veces pienso que está enamorado de la Peggy— dije y me reí de nuevo, pero Ángel no lo hizo e inmediatamente me sentí mal

—Era broma— dije de inmediato y un atisbo de sonrisa aparecía en su rostro

—¡Ay Verita! Si supieras— dijo y deje de tallar la olla

—¿Si supiera que? No sé nada por si no lo recuerdas, ni siquiera sé porque me odia tanto, solo me han dicho que por dos concursos que estuve por encima de él ¿gustas contarme si le hice algo?— dije quizá en un tono molesto

—Y es por eso que no te habla, yo lo supere, pero él es así y es todo lo que se—rodé los ojos

—¿Por qué pone esa canción diario?— pregunte con curiosidad

—Es una historia que a mí no me corresponde decir— respondió vagamente y yo chasquee la lengua

—¿Tan mala es? ¿Es por Rosaura?— no sabía porque seguía preguntando ¿a mí que me importaba la vida de Iker Montenegro?

— ¿Por qué me haces preguntas sobre el Vera? — me encogí de hombros

—No lo sé, me entro curiosidad— él se rio

—Yo no puedo comentarte nada de su vida o lo que pasa con él, pero si un consejo te puedo dar, es que busques las respuestas en tu propia casa, en tus apuntes quizá— ¿acaso yo sabía algo de él? ¿Por qué nadie me daba respuestas claras?

—Lo he intentado, en mi casa no hay nada, mis libretas solo me han resuelto lo de la escuela, y cuando pregunto cosas sobre mi vida aquí todos me dan respuestas vagas— el chasqueo la lengua

— ¿Y los doctores que han dicho de tu amnesia? — me pregunto cambiando totalmente de tema, suspiré

—Los exámenes que me hicieron durante la semana que estuve internada demás, no dieron respuestas a nada, dicen que mi cerebro está en perfectas condiciones, que estoy bien. Y antes de que digas algo , no, de verdad no estoy fingiendo nada, vaya ni siquiera recuerdo donde está mi supuesto departamento— dije y escuche su "mmm"

—Quizás por ahí deberías comenzar— dijo simplemente y salió del cuarto de tarjas, estaba pensando en lo que habíamos hablado que no sentí cuando Leonardo, uno de mis compañeros entro y me asusto

—Perdón, no fue mi intención, vine a ayudarte a lavar, porque ya nos están pidiendo la requisición— dijo y le sonreí, Leonardo era alto, yo apenas le llegaba debajo del hombro, era claro de piel y tenía el cabello castaño oscuro, era guapo y según lo que me conto, él y yo éramos buenos amigos, habíamos hecho varias veces equipo para los trabajos y me agradaba

—¿Qué harás este fin de semana?— me pregunto de repente

—Creo que nada ¿Por qué?— él se dio la vuelta y se acercó a mí

—¿Quieres ir al cine conmigo?— susurro cerca de mi oído y sentí un escalofrió recorrer mi espalda, sonreí ante eso

—Pero yo elijo la película— dije girando un poco mi cara, él estaba a unos centímetros de mí y miro mis labios, se acercó un poco más y cuando estaba a punto de besarme, alguien carraspeo y nos separamos, ambos volteamos a la puerta para ver de quien se trataba.

Era Iker Montenegro, mirándonos con muy mala cara.